Por fin en casa [roxas]

Roxas siguió mirando hacia la pantalla, pensando qué escribir, cuando escuchó la voz del vampiro y dio un pequeño bote. Lo miró y sonrió, algo sorprendido por la bolsa de sangre que este llevaba; debía tener sed, pensó. Volvió a mirar la pantalla, con esa hoja en blanco, sin saber qué escribir, pero sonrió levemente cuando Mookyul se sentó a su lado, pasando el brazo por sus hombros. Esperaba no haber despertado a Mookyul, aunque pensó que probablemente le hubiera despertado la sed, de modo que no se sintió mal. Cerró los ojos un instante cuando besó su frente, y asintió por lo que dijo; el trabajo era odioso.

-No podía dormir. Y necesito hacer algo... no puedo estar aquí tumbado todo el día... -confesó, bajando un poco la mirada. -Espero no haberte despertado...

Suspiró y trató de escribir de nuevo, pero apenas escribió un par de letras y las borró al instante. No sabía qué hacer y suspiró de nuevo, algo frustrado. Tenía que inventarse ese trabajo...

-Es horrible, y sé que me lo han mandado a propósito... -murmuró algo molesto. -Escriba lo que escriba, estarán preguntándome todo el tiempo... no quiero que estén pendientes de mí.

Incluso él mismo se sorprendió de confesarle algo así al mayor en voz alta, pero sonrió. Realmente confiaba en Mookyul como para hablar tan tranquilamente; con sus amigos no sucedía lo mismo.

Ese beso sorprendió a Roxas, pero no dudó en cerrar los ojos y responder, aunque el sabor de la sangre era presente y lo hizo algo desagradable, pero recordar que eran los labios de Mookyul los que besaba le hizo olvidar es detalle. Sonrió al separarse, sintiéndose más tranquilo por saber que no lo había despertado, y negando muchas veces con la cabeza cuando dijo que le haría ese trabajo también, pero no esperó leer aquello. Su rostro se volvió de un rojo intenso, aún más cuando recordó aquella vez, e incluso se le escapó un pequeño gemido. Se tapó con sus manos al escucharse, avergonzado.

-¡Mookyul! -lo llamó, en un intento de reprenderlo.

Negó muchas veces con la cabeza, completamente avergonzado, por la idea del vampiro. ¡Sus profesores no podían leer eso! Ni nadie, se moría de vergüenza sólo por pensarlo, y tendría problemas si Mookyul lo amenzaba. Pensó en ello, y no se dio cuenta de que Mookyul se había colocado sobre él hasta que apartó las manos de su rostro, y desvió la mirada al escuchar sus palabras.

-Yo también... tengo ganas de hacerlo... -confesó tímidamente, pero después miró su herida. No sería buena idea, desde luego. Se abriría, y dolería demasiado. Pero miró al vampiro, sin poder creer lo que acababa de pensar, y llevó su mano hasta el pecho de este. -No podemos hacerlo ahora, pero... p-puedo hacerte sentir bien... -murmuró muy bajito, como si alguien más pudiera escucharlos. -¿Puedo? -preguntó, cuando llegó hasta su entrepierna, que empezó a acariciar superficialmente por encima de la tela. -Cuando me recupere... lo haremos todas las veces que quieras... -prometió, muy sonrojado por lo que estaba haciendo.

Se detuvo en cuando Mookyul le dijo que no lo hiciera, mirándole confundido. ¿Es que lo hacía mal? No. Mookyul creía que era humillante, quería que disfrutaran los dos. Roxas desvió nuevamente la mirada, avergonzado, dejando que lo tumbara en la cama, enrojeciendo por la forma en que lo llamó, y aún más cuando le dijo qué era lo que iba a hacer. Abrió la boca para negarse, pero de sus labios sólo salió un gemido, pues el vampiro ya había comenzado a acariciar ahí abajo... y no tardó en decir esas palabras que hicieron que Roxas gimiera algo más alto. Sólo de imaginar lo que Mookyul le decía, lo que hicieron... comenzó a sentirse realmente excitado, hasta el punto de querer ignorar su herida y pedirle que lo repitieran.

-Mmm... Mookyul... no... no digas esas cosas... -respondió con un tono no muy convincente, y entre gemidos.

Pero cada vez se escuchaban más sus gemidos, no podía evitarlo, y menos si escuchaba a Mookyul susurraba esas palabras a su oído de esa forma tan sensual... No pudo resistirse mucho más, terminó cerrando los ojos y dejando escapar cualquier gemido que le provocara.

-Más... -pidió, dejándose llevar. -Más, Mookyul...

Siguió escuchando las palabras del vampiro, gimiendo y mordiéndose el labio para evitarlo, aún algo avergonzado, imaginándolo. ¿Realmente se veía así? ¿Tanto gritó aquella vez? Sus mejillas enrojecieron aún más, pero no se sintió del todo mal, después de todo, a Mookyul parecía gustarle que hiciera esas cosas. Suspiró cada vez que mordía su oreja, sintiendo cada vez más calor y unos placenteros cosquilleos. La voz de Mookyul era tan sensual, aún diciendo esas cosas que deberían resultarle desagradables, producían el efecto contrario en Roxas. Quería repetirlo... ansiaba hacerlo...

-Ah... mm... Mookyul... si... si sigues diciendo eso... q-querré hacerlo... -confesó entre gemidos. -Y... ahm... no... puedo...

No pudo decir más, sus gemidos eran cada vez más seguidos y todo su cuerpo se estremecía. Llevó sus manos a las sábanas, aferrándolas con fuerza, sabiendo que no iba a aguantar mucho más, por suerte... ya que se sentía capaz de suplicarle a Mookyul que lo tomara sin importarle lo más mínimo que se abriera su herida.

-M-Mookyul... creo... creo que voy a... -quiso avisarle, sintiendo todo su cuerpo tensarse, mordiéndose fuerte el labio pero dejando que escapara ese último gemido de sus labios...

Abrió mucho los ojos y desvió la mirada avergonzado cuando Mookyul le mostró su mano. Las palabras que dijo después le hicieron enrojecer, y sabía que estaba lamiéndose la mano, lo que le hizo sentir más avergonzado. No esperó el beso que llegó después, y respondió a pesar del extraño sabor que ahora tenían los labios del mayor, cerrando los ojos y manteniéndolos así incluso cuando se separaron, aún avergonzado por las palabras que no dejaba de decir el vampiro.

Lo volvió a mirar cuando le sugirió cómo debía hacer el trabajo, dándole el portátil. Después de lo que habían hecho, tenía algo de sueño y prefería dormir... además de que le avergonzaba contar algo como eso y más aún a su profesor. Bostezó, tapándose con la mano, y miró a Mookyul con cierta timidez, aún sonrojado y con la respiración algo agitada.

-Estoy algo cansado... creo... que intentaré hacer el trabajo mañana. -murmuró, mientras su expresión se tornaba algo suplicante. -Mookyul... ¿dormirías conmigo, por favor?

Por un momento, creyó que Mookyul se negaría, pero sonrió satisfecho al escuchar su respuesta, aunque se sonrojó levemente por lo que dijo sobre su expresión. Rió tímidamente y se acomodó con cuidado en el pecho del mayor, suspirando, como sintiéndose aliviado, como si eso fuera todo lo que necesitaba para poder dormir tranquilo. Pero pronto descubrió que no era sólo eso, sino esas lindas palabras que le dijo después. Sonrió y se acercó a los labios de Mookyul para besarlos con dulzura.

-Yo... yo también te amo, Mookyul. -respondió tímidamente. -Gracias... por cuidar de mí... nunca nadie lo había hecho. -añadió, aunque eso último más para sí mismo, y cerró los ojos.

Cuando era pequeño y se dañaba o enfermaba, sus padres nunca lo cuidaban, al contrario, decían que era torpe y débil por estar así, y se lo encargaban a las personas que trabajaban en la casa. Pronto Roxas aprendió a cuidarse solo, para no causar molestias a esas pobres personas que tenían más cosas que hacer. De modo que el hecho de que el vampiro lo cuidara y le dijera esas lindas palabras... era algo completamente nuevo para él.

No tardó mucho en quedarse dormido, con una sonrisa tranquila dibujada en sus labios.

Durmió plácidamente, sin inmutarse hasta que llegó la mañana y le pareció escuchar la voz de Mookyul. Sonrió, pero no abrió los ojos hasta unos minutos después. Se sorprendió al no encontrarlo ahí, pero podía escuchar algunos ruidos en la cocina... lo cuál le sorprendió aún más. ¿Le estaba preparando el desayuno? Un leve rubor se hizo presente en sus mejillas, y una tímida sonrisa se dibujó en sus labios. Quiso levantarse y correr a abrazarlo, pero de nuevo... su herida. Recordó que debía tomar esas pastillas, de modo que así hizo.

Dudó unos instantes, mirando la herida, pero finalmente decidió levantarse, con mucho cuidado. Caminó despacio, tratando de no moverse demasiado y, por suerte, sólo le dolía un poco. Llegó hasta la cocina y miró al vampiro con una sonrisa, apoyándose en el marco de la puerta.

-Buenos días, Mookyul... -murmuró de forma tranquila.

Le mire delicadamente pues su vos me había sorprendido un poco –Vaya pensé que dormirías eternamente ..me habías espantado –Le guiñe un ojo mientras que con una mano serbia los hot cakes que había preparado en ese momento –No soy un diestro en la cocina ya que usulmente no suelo comer pero hice lo que pude –Sonrei alegremente mientras dejaba el plato en la meseta y sacaba del refrigerados un poco de agua de naranja , me sente en una de las bancas que daban enfrente del desayuno y dije –Sientate –Susurre levemente mientras daba un gran sorbo al agua de naranja , con el paso del tiempo uno se acostumbra a comer cosas humanas sin que le sepan mal.

Rió débilmente por el comentario de Mookyul y negó levemente con la cabeza por lo que dijo después. Roxas consideraba que el vampiro ya había hecho mucho esforzándose en prepararle el desayuno, de modo que no dijo nada y se sentó cuando Mookyul se lo dijo, observando el desayuno y comiéndolo sin ningún miedo. Comprobó que estaba más rico de lo que esperaba, después de la advertencia de Mookyul.

-Gracias. No tenías por qué molestarte. -le dijo con una sonrisa, probando otro poco. -¡Está delicioso! -añadió.

Continuó comiendo en silencio, viendo cómo el vampiro bebía esa agua de naranja, preguntándose si le gustaría. Probablemente no, pero Roxas no dijo nada. Sabía lo duro que debía de ser para él no beber su sangre, de modo que sólo calló y comió en silencio hasta que terminó.

-Espero recuperarme pronto... -confesó, agachando un poco la cabeza. No le gustaba que tuvieran que hacerlo todo por él, y menos causarle molestias a Mookyul...

Notaba su preocupación aun que el no quisiera decírmela , sabia que en relidad se moria de ganas por tratar de ayudarme en estas situaciones , lo sabia y realmente quería que el se sintiese mejor con lo que le iba a decir –Roxas tranquilo yo puedo hacer esto …se me complica demasiado pero alguna dia tendría que hacerlo …además de que me siento mas humano –Solte unas leves risas mientras decía aquello , realmente era asi lo que decía , o eso es lo pensaba mi recóndito cerebro.

Siguió sintiéndose mal por las palabras de Mookyul, no quería que tuviera que hacer nada por él. Nadie jamás lo había hecho, y el vampiro menos. Odiaba ser una molestia, y era así como se sentía en aquellos instantes. Pero... cuando lo vió reír, diciendo que así se sentía más humano... simplemente sonrió. Ya no se sentía tan mal, no si hacía que Mookyul se sentía así. Aunque pensaba ayudar en todo lo que pudiera, ya podía levantarse, se movía algo lento y tenia que tener mucho cuidado, pero ya era un avance.

-Ya estoy mejor... así que creo que podré hacer algunas cosas... -murmuró, levantándose con cuidado, cogiendo los platos y llevándolos al fregadero.

Miró de reojo a Mookyul, y se acercó a él lentamente, apoyándose en sus hombros con cuidado para sentarse sobre una de sus piernas y darle un dulce beso. Cuando se separó, sus mejillas estaban levemente sonrojadas, pues no esperaba que fuera a hacer algo como eso sin pensar. Desvió la mirada, algo avergonzado.

-Yo... lo siento... Lo hice sin pensar... -se disculpó.

Antes de que el vampiro pudiera decir nada, se levantó, caminando de nuevo hasta el fregadero para lavar los platos, aún muy sonrojado, temiendo haber enfadado a Mookyul con eso. Después de todo, antes nunca se atrevía, era el vampiro quién decidía cuando podían besarse... él nunca tomaba la iniciativa.

Me aserque a el y le abrase por detrás dándole leves besos en el cuello mientras mi manos le rodeaban de la cintura , la verdad me gustaba tenerlo de esta forma tan hermosa , era algo que no podía negar y tampoco desmentir por que en realidad las cosas que hacia roxas sin pensar me agradaban demasiado , realmente me gustaba mucho que lo hiciera de esta forma …tan hermosa para mi en estos momentos.
-No te preocupes en realidad me encanta que hagas este tipo de cosas para mi , y dime roxas como vas con tu herida …espero y te hayas tomado esas pastillas ..-Susurre

Dio un pequeño respingo al sentir al abrazo de Mookyul, pero sonrió al escuchar sus palabras y comprobar que no le había molestado aquello que hizo. Volteó con cuidado para mirarlo y se puso de puntillas, dándole un casto beso en los labios.

Asintió con la cabeza cuando le preguntó por las pastillas. Era lo primero que había hecho nada más levantarse.

-Sí... Procuro que no se me olviden nunca. -respondió. -Quiero recuperarme cuanto antes... no quiero estar sentado sin hacer nada mientras tú tienes que encargarte de todo... -confesó, agachando un poco la cabeza.

Volvió a su tarea de lavar los platos y, cuando terminó, besó a Mookyul de nuevo. Jamás habría esperado del vampiro una actitud tan amable y tierna... menos aún cuando lo conoció en aquel lago, parecía tan frío y distante... Pero Roxas siempre sospechó qe había algo en él, algo que escondía de todos, y ahora lo podría ver con sus propios ojos; esa personalidad buena y amable, cariñosa... esa personalidad que tan oculta tenía.

-Me gustas mucho cuando estás así... -confesó tímidamente, acariciando los labios del vampiro con sus dedos.

Unas risas salieron de mis labios y después las caricias de mi pequeño me tranquilizaron , le rodee la cintura de manera suave-Sabes…simplemente contigo soy capas de volverme la persona mas dulce del mundo pero cuando no es contigo me vuelvo la mas distante , en poco tiempo me e enamorado de ti y dudo que me quites este hechizo-Susurre entre risas leves .
Le abrase mas fuertemente , deseaba tenerlo asi para siempre , solo para mi y solo mio.Quizas son pensamientos egoístas pero para mi era el era mi vida entera , mi todo.

Rió por las palabras de Mookyul, pero en realidad era pura felicidad. Se sentía realmente afortunado de poder ser amado, de ser correspondido por ese vampiro que tan frío y cruel pareció al principio... y que tan dulce y cariñoso era ahora. Que le dijera, además, que era sólo con él, le hacía sentirse especial, como nunca jamás se había sentido...

El abrazo de Mookyul era fuerte, pero eso no incomodó a Roxas, pues sabía que no iba a dejarlo ir, que lo quería sólo para él... y así sería. Sería suyo y sólo suyo, siempre, de eso no tenía duda alguna.

-Mookyul... -lo llamó, vacilando unos instantes. -Yo... bueno... me preguntaba si... podrías quedarte conmigo... ¡si no es molestia y si no tienes mucho trabajo, claro! -añadió rápidamente.

Quería estar todo el día con su amado vampiro, sabía que si se quedaba solo en esa cama, sin apenas poder moverse, se volvería loco y enseguida trataría de hacer cosas en la casa sin importarle su herida. Además, estaba el trabajo de Orientación, tal vez Mookyul podría ayudarle... aunque, recordando cómo lo hizo la noche anterior, sus mejillas enrojecieron notablemente y pensó que, tal vez, eso no era muy buena idea...

Sonrió por todas las propuestas que tenía Mookyul, pensando que podrían hacer todo eso sin ningún problema... especialmente lo de los besos. Roxas necesitaba esos besos, necesitaba al vampiro a su lado; era algo de lo que ya se había dado cuenta, de esa enorme necesidad que había desarrollado hacia él, tal vez peligrosa, pero no le importaba.

Se levantó cuando Mookyul lo hizo, dispuesto a ayudar, pero vio cómo lo hacía todo él, simplemente escuchándolo con esa pequeña sonrisa en sus labios. Pero esa sonrisa desapareció cuando le preguntó, tan tranquilo, qué era lo que estuvo haciendo en el lago antes de que lo atacaran. Desvió la mirada, sin saber qué decir. ¿Cómo iba a confesarle que había pensado en morir ahogado? Era patético... pero así resultaba, y era la primera vez que actuaba sin pensar, guiado por su instinto, su necesidad de ver a Mookyul. Por eso era una necesidad peligrosa, porque estaría dispuesto a morir si no lo tenía a su lado.

-Fue allí dónde nos conocimos... ¿recuerdas? -respondió. -Sólo... quería quedarme allí y pensar en tí... Siempre fue el lugar en el que me refugiaba cuando lo necesitaba, así que...

Bueno, eso no era una mentira... no del todo.

Desvió la mirada por las palabras de Mookyul. ¿Realmente era tan obvio lo que había pensado hacer? O, tal vez, era que el vampiro ya lo conocía lo suficientemente bien. Aún así, no se atrevió a confesar nada y lo siguió hasta que volvieron a sentarse, escuchando, muy sorprendido, sus explicaciones sobre lo sucedido aquella vez en el lago, cuando se conocieron.

Sonrió y negó tranquilamente con la cabeza. Aún le dolía recordarlo, no era precisamente la mejor forma de empezar a conocerse... pero, ahora, todo había cambiado, todo era diferente. Era algo más que un cuerpo para Mookyul, era la persona a la que amaba, y el hecho de que intentara disculparse por lo sucedido hacía que Roxas casi olvidara lo sucedido.

-Mookyul, hace mucho que te perdoné eso. Desde que empecé a sentir algo por tí... -admitió con dulzura. -Además... si no lo hubieras hecho, no nos habríamos conocido, ¿no? Mereció la pena... en cierto modo...

Llevó sus manos a las mejillas de Mookyul, acercando su rostro para depositar un dulce y casto beso en sus labios, que terminó convirtiéndose en uno más profundo, pero lento y aún inocente. Sonrió al separarse, desviando la mirada con un ligero rubor en sus mejillas.

-Entonces... ¿te resulto... atractivo? -preguntó con cierta inseguridad. -¿Te lo parecía cuando me viste?