Un simplemente Viaje de Amor [Roxas]

Levantó un poco la cabeza para mirar a Moonkyul, encontrándose con su cuerpo desnudo, sólo tapado por una toalla, y desvió rápidamente la mirada, con sus mejillas algo enrojecidas, tratando de no mirar demasiado. No podía negar que el cuerpo de Moonkyul era simplemente perfecto. Todo él era perfecto... ¿Cómo no preguntarse por qué demonios estaba a su lado? Pero no lo preguntó en voz alta, claro. Sabía que a Moonkyul le molestaría algo como eso, o tal vez sólo tenía miedo de que le diera la razón...

Salió de sus pensamientos cuando el vampiro lo cogió de la mano y lo llevó a la tina, para meterlo junto a él. Respondió a su abrazo, recibiendo sus besos con una sonrisa. Aún no podía creer que pudiera ser tan cariñoso, que de verdad alguien se molestara en besarlo y abrazarlo de esa forma tan dulce... No pudo evitar responder a su beso dulcemente, separándose para seguir un camino de besos por sus mejillas, hasta llegar a su oreja.

-Gracias por traerme contigo... -susurró a su oído. -Te quiero, Moonykul...

Vaciló unos instantes, pero terminó lamiendo tímidamente la oreja del mayor, acomodándose mejor. No solía tomar la iniciativa, siempre se dejaba besar... pero esta vez en particular, se sentía con ganas de ser especialmente cariñoso con Moonkyul. Ya no tenía por qué tener miedo de ser rechazado por él, ¿no?

Cuando Moonkyul sujetó su rostro y lo acercó a sus labios, Roxas entendió que quería ser él quién tomara la iniciativa. Se sintió algo estúpido por haber intentado ser él, debía saber ya que a Moonkyul le gustaba así. De modo que respondió a su beso, ahogando algunos sonidos en su boca cuando empezó a acariciar su muslo. No opuso resistencia cuando empezó a quitarle la bata, y cuando el vampiro detuvo el beso, sólo pudo jadear, viendo cómo se acercaba a su hombro y lo mordía, soltando un pequeño quejido por ello. Pero no le importaba, tal vez pareciera masoquista, pero empezaba a gustarle que Moonkyul lo mordiera...

Se mordió levemente el labio, reprimiendo otro quejido, recordando que el vampiro lo había mordido ahí mientras se besaban. No pensó en ello, Moonkyul había empezado a atender sus pezones, y se sentía realmente bien... Se le escaparon algunos pequeños gemidos, y llevó sus manos al cabello de Moonkyul, acariciándolo, invitándole a seguir.

-Moonkyul... -suspiró, sin dejar de mirarlo. -Soy tuyo... sólo suyo... -añadió en un susurro, casi sin darse cuenta.

Todo lo que pudo hacer Roxas fue jadear y dejarse hacer. Pese a no tener mucha experiencia en ese tipo de situaciones, sabia perfectamente que Moonkyul era realmente bueno. Lograba dejar su mente en blanco, dejarlo a su merced con besos y caricias, o incluso sólo mirándolo. Dejó que le diera la vuelta, e incluso que se deshiciera de su bata, pese a que en un principio le avergonzaba que lo desnudara él. Sólo suspiraba mientras recibía en su piel las caricias de sus labios, pero se le escapó un gemido cuando sintió ese primer intruso en su entrada.

-M-Moonkyul... -logró llamarlo, aunque su voz y su cuerpo temblaba. Lograba hacerle sentirse excitado con tanta facilidad... era incluso vergonzoso.

Ladeó un poco su cuello para darle más espacio, mientras que de sus labios sólo escapaban jadeos y suspiros. Sabía que estaba siendo delicado... y eso también le gustaba. Antes, no lo tomaba de esa forma tan tranquila, tan... cariñosa. Tuvo que hacer grandes esfuerzos por no voltear de nuevo y besarlo. Sus manos fueron rápidamente a la mano izquierda del vampiro y la aferraron con fuerza.

-¿Vas... vas a... hacerme el amor? -preguntó como pudo, con mucha timidez.

Sabía que iban a tener sexo, pero para Roxas, llamarlo de esa forma... tenía un significado distinto. No era como las otras veces, ahora sabía que Moonkyul lo quería, que era algo más que su juguete o su mascota... era... su novio, ¿no? Su corazón latía con mucha fuerza, tenía miedo de cuál podría ser la respuesta del vampiro... y comenzó a arrepentirse de preguntar algo tan estúpido...

No esperó una respuesta así, y sintió que, por un momento, su corazón se detuvo. Quiso pedirle explicaciones, por qué no se lo dijo antes. Había sufrido tanto por eso... jamás se había sentido tan necesitado del amor de nadie, ni siquiera cuando era pequeño, cuando aún luchaba por el cariño de sus padres. Si se lo hubiera dicho... bueno, probablemente no hubiera podido creerlo, aún le costaba creer que Moonkyul sintiera todas esas cosas por él. Le costaba creer que no hacía esto sólo por placer, sino que por amor... que era lo que había estado haciendo desde la segunda vez que lo tocó. Sonrió, dejando que lo besara después.

Quiso decirle que él también lo amaba, que no sabía desde cuando, tal vez desde el primer momento en que lo vio, y no se dió cuenta, pero que esa era la razón por la que siempre le dejó tomarlo cuántas veces quisiera, por la que permaneció a su lado sin importarle cuantas veces lo insultara. Pero apenas podía hablar, sólo empezar a gemir, sintiendo sus dedos penetrar más en su interior. Pero se mordió el labio, muy sonrojado, cuando escuchó ese comentario burlón del vampiro.

-Y-Yo no tengo... la... culpa... -se excusó como pudo, mientras se dejaba caer en la bañera junto a él. -E-Eres tú... cuando me tocas... n-no... no puedo evitarlo...

Nuevos gemidos escapaban de sus labios cuando empezó a acariciar esa otra parte de su cuerpo, ahora tan sensible. No podía hacer otra cosa, sólo dejar abiertos sus labios, dejando escapar cada sonido, empezando a moverse inconscientemente, su cuerpo pedía lo que su cabeza no se atrevía a pedir. Más.

Arqueó su espalda, reprimiendo sus gemidos, sintiendo cómo seguía dándole placer de esa forma tan irresistible. Separó un poco sus piernas, como queriéndole dar más espacio. No pudo reprimir los sonidos que amenazaban con salir de sus labios durante más tiempo, terminó gimiendo sólo para Moonkyul, aunque si este continuaba probablemente no fuera el único que lo escuchara. Era otra cosa que había descubierto gracias al vampiro. Normalmente, trataba de no levantar demasiado la voz, de estar callado, tranquilo... pero cuando Moonkyul lo tocaba y tomaba, no le importaba gritar su nombre y que lo escuharan, lo olvidaba absolutamente todo... sólo quería hacerle saber a Moonkyul lo mucho que le gustaba todo lo que le hacía.

Se dio cuenta de que buscaba besarlo, y no dudó en ofrecerse sus labios, junto a un dulce beso, que poco a poco se fue volviendo más apasionado y desesperado. Antes, jamás se le habría ocurrido besarlo de ese modo... pero ya no tenía nada que temer, ¿verdad?

-Moon... kyul... -pronunció entre jadeos y gemidos, besando sus mejillas, hasta llegar a su oreja que lamió con cierta timidez. -¿Puedo...? -preguntó inocentemente, deteniéndose.

Tuvo que dejar lo que estaba haciendo en la oreja del vampiro cuando este comenzó a penetrarlo. Volvió a arquearse, soltando un grito que se encontraba entre el dolor y el placer. Se mordió después el labio, mirando su hombro, y las marcas que estaba haciendo en él. Un suspiro escapó de sus labios cuando escuchó esas tres palabras que hacían que se detuviera su corazón. Oírlas de los labios de esa persona a la que tanto amaba parecía un sueño, un delicioso sueño del que jamás querría despertar...

-Yo... también te amo... Moonkyul... Más... que a nada... -le respondió entre gemidos, sintiendo poco después como empezaba a moverse.

Los pequeños quejidos que se le escapaban entre jadeos y gemidos estuvieron presentes durante unos instantes, pero pronto los sonidos que escapaban de sus rosados labios fueron sólo de placer. A su cuerpo aún le costaba acostumbrarse a Moonkyul. Era muy grande, o tal vez su interior demasiado estrecho... pero siempre terminaba dedicándole esos sonidos tan lujuriosos y sensuales.

Siguió jugando con la oreja de Moonkyul, todo lo que le permitía su posición. La recorrió con sus lengua, de una forma algo más atrevida que antes, aunque su rostro sonrojado aún hacía ver que sentía algo de timidez al hacer aquello.

Su lengua era algo timida pero eso lo notaba yo por el sonrojo que tenia en su carita , segui moviendome de manera rapidamientras e mis labios salian igual gemidos y susurros , haga lo que haga roxas seguia estando estrecho eso era lo que mas me gustaba de su cuerpo , era lo que mas deseaba de el...simplemente eso.
Pero tambien deseaba con mayor fuerza su corazon...simplemetne el lo era todo para mi.Segui emvistiendolo con fuerza para despues decirle -Roxas di que me amas-

Tuvo que detenerse en más de una ocasión por los fuertes escalofríos que sufría su cuerpo debido a las embestidas que recibía del mayor. Probablemente, si pudiera volver a escucharse cuando no se encontrara haciendo estas cosas con Moonkyul, se avergonzaría. Sus gemidos se transformaron en gritos de placer que ya no se molestaba en disimular, y trataba de mantener sus ojos abiertos para mirar al vampiro, pero muchas veces no podía evitar cerrarlos. Se sentía tan bien...

De haber podido, habría sonreído por la petición que escuchó. ¿Moonkyul le estaba pidiendo que dijera que lo amaba? Desde que lo conoció y se enamoró de él, trató de callar esas dos palabras, trató de cerrar su corazón, para no escuchar el rechazo de Moonkyul, para no ver su cara de burla. Pero, ahora, le pedía esas dos palabras como si de verdad las necesitara. Y él pensaba repetírselas cuantas veces deseara...

-Te... te amo... -respondió entre jadeos. -¡Te amo! -¡Te amo, Moonkyul! -gritó después, cerrando del todo sus ojos, con un rubor aún más intenso en sus mejillas.

Sus gritos eran cada vez más intensos, conforme las embestidas de Moonkyul eran más fuertes. Dejó que abriera más sus piernas, sintiendo aún mejor como entraba y salía de su interior. Al principio, era una sensación que le desagradaba... pero ahora... era una sensación demasiado placentera. Notaba su cuerpo moverse a placer de Moonkyul, como si se tratara de una pluma. Aunque él tampoco oponía resistencia...

Trató de mirar al vampiro cuando escuchó su respuesta, sin darle tiempo a sentirse mal, pues escuchó cómo continuó y, de haber podido, habría sonreído, o le habría abrazado. Pero en esa posición no podía hacer mucho... Sólo responderle.

-No... no necesito más... -respondió entre jadeos, intentando que se le entendiera todo lo posible. -Con... con que me ames... con que me quieras tener a tu lado... ya lo tengo todo...

De sus labios no dejaron de salir gritos y gemidos, aunque pareció quedarse paralizado por un instante, cuando escuchó de nuevo esas palabras que tan extraño le resultaba oírlas del vampiro. De haber podido, habría sonreído, pero las embestidas rápidas y salvajes de Moonkyul se lo impedían, sólo podía dejarse la voz en gritar, en ofrecerle toda clase de sonidos de puro placer.

Sentía que no podría aguantar mucho más, su cuerpo temblaba y varias gotas de sudor recorrían su ahora ardiente piel. Todo su cuerpo se movía como Moonkyul deseaba, y aunque llevara un ritmo tan lujurioso... Roxas pudo sentir amor, pudo sentir todos los sentimientos que, de alguna manera, el vampiro había logrado confesarle. Podía incluso sentir una sensación de calidez en su pecho, dónde antes... sólo había frío, y dolor.

Con todas las fuerzas que pudo, sujetó las manos de Moonkyul y las apartó de sus caderas para hacer que saliera de su interior. Se le escapó un quejido al hacerlo, y por suerte no terminó. Antes de que se enfadara o preguntara, volteó y besó sus labios para callarlo. Cerró los ojos, notando sus mejillas muy sonrojadas, y llevó ambas manos a sus nalgas, separándolas, para volver a dejarse caer sobre el miembro del mayor. Se me escapó un suspiro, y se separó un poco para mirarle, rodeando su cuello con sus brazos, abrazándolo.

-Lo siento... -se disculpó, escondiendo su rostro en el cuello de Moonkyul. -Quería... abrazarte...

Negó como pudo con la cabeza cuando escuchó al vampiro darle las gracias. No tenía por qué hacerlo, él debía agradecerle todos los días que apareciera aquella noche. Sonaba patético, pero aunque al principio parecía haberle hecho la persona más desdichada del mundo... de alguna manera, lo había salvado. Nadie jamás le había mostrado amor de ese modo. Siguió abrazándolo con fuerza, gimiendo por esas embestidas cada vez más rápidas, que le hacían delirar.

Escuchó de nuevo sus palabras, y volvió a negar con la cabeza. ¿Contenerse?

-No... tienes por qué... contenerte... -logró responder, tratando de vocalizar lo mejor posible. -Tú siempre... puedes hacer lo que quieras... -escondió su rostro en el cuello de Moonkyul antes de continuar. -Soy tuyo... -añadió, como si aquello fuera la explicación a todo.

Prontó su cuerpo comenzó a estremecerse, y su espalda a arquearse. Debió separarse del vampiro, dejando que viera su rostro en el cuál podía leerse el placer que sentía en esos momentos, con sus labios abiertos, sus mejillas muy sonrojadas, sus ojos cerrados. De su boca sólo salían gritos y gemidos cada vez más altos y frecuentes, hasta que todo su cuerpo comenzó a tensarse más de lo normal, y todo su cuerpo se arqueó mientras daba un último grito de placer antes de dejarse caer sobre el cuerpo de Moonkyul, jadeando desesperadamente.

Se le escapó un suspiro al sentir los dedos de Moonkyul acariciar su espalda de esa forma tan delicada, junto a esa sensación en su interior que ya conocía, cuando Moonkyul terminaba dentro... Al principio le resultaba muy extraña, y de alguna manera se sentía sucio. Pero, ahora... era de las mejores sensaciones que podía experimentar. Cerró los ojos, aún con la respiración agitada... hasta que escuchó la pregunta del vampiro. Sonrió. Era como si... fueran una pareja normal...

-Ahora sí tengo un poco de hambre... -contestó en un tranquilo susurro. -No sé si habrá algo interesante en la televisión... pero sí me gustaría verla contigo...

A su cabeza llegó la imagen de ambos tumbados, cenando y viendo la televisión juntos, abrazados. Un leve rubor apareció en sus mejillas y abrazó un poco más fuerte el cuerpo de su pareja. No sabía si comentarle esa imagen... aún no se atrevía a mostrarse demasiado cariñoso con Moonkyul, no quería agobiarlo, y temía que se cansara de él por eso.

-Moonkyul... -lo llamó entonces, acercándose a sus labios para besarlos con ternura. -¿Podrías... -hizo una pausa, vacilando por un instante, sonrojándose un poco más. -...lavarme tú?

Cerró los ojos y suspiró cuando el vampiro comenzó a echar el jabón por su espalda, de esa manera tan delicada, como si pudiera romperse... Sonrió. Esa faceta de Moonkyul le sorprendía demasiado, pero le encantaba, porque sabía que sólo actuaba así con él... era la primera vez que se sentía especial, y era una sensación inexplicablemente agradable. Volvió a suspirar cuando alzó su cuerpo y dejó de sentirlo en su interior, pero no dijo nada, sólo dejó que siguiera enojabonándolo, sonrojándose un poco cuando pasaba por esas zonas tan íntimas, hasta que lo escuchó hablar y abrió los ojos para mirarlo.

Le sorprendió aquella confesión del mayor, así como que lo miraran demasiado. Roxas no solía darse cuenta de esas cosas, se consideraba demasiado insignificante como para que alguien se molestara en mirarlo... y las pocas veces que se percataba siempre pensaba que era porque tenía algo en la cara, se había puesto la ropa incorrectamente, o algo parecido. Pero, de alguna manera, ver a Moonkyul celoso también le hacía sentirse bien hasta cierto punto. Quería decir que lo quería... suficiente como para querer tenerlo sólo para él.

-No me había dado cuenta. -confesó, cerrando los ojos al recibir ese beso en su frente. -Cuando camino contigo... sólo te miro a tí. -añadió tímidamente.

Así era. Aunque intentaba ocultarlo o disimularlo, siempre miraba al vampiro cuando iban juntos a algún lado. Observaba cada reacción, cada expresión de su rostro. Al principio, se excusaba así mismo pensando que era porque quería saber más de él y sus extraños cambios de personalidad, pero después se dio cuenta de que le resultaba incluso atractivo. Increíblemente atractivo. Y no pudo dejar de mirarlo... Así que nunca se daba cuenta de si era observado por alguien, sus ojos sólo observaban a Moonkyul con amor y un tímido pero intenso deseo.

Sus mejillas volvieron a enrojecer y se sintió algo avergonzado cuando Moonkyul empezó a reír. Pensó que tal vez había sido muy estúpido confesar algo como eso, pero, al parecer, el vampiro no se había molestado por esas palabras, y eso tranquilizó un poco a Roxas. Pero lo que dijo después de sus amigos le hizo fruncir levemente el ceño, pero rápidamente esa expresión desapareció cuando se disculpó. Lo miró muy sorprendido cuando le dijo que contara a sus amigos que era su novio. Pensaba que no querría que lo dijera a nadie... pero, aún así, asintió rápidamente con la cabeza. Tampoco pensaba decirle a sus amigos cómo se habían conocido realmente... probablemente no permitirían que viera a Moonkyul si lo supiera, y Roxas no quería eso.

Recibió su fuerte abrazo tras escuchar sus siguientes palabras. Sabía que ahora podría estar en peligro debido a los negocios de Moonkyul, pero tendría cuidado. No le diría nada a nadie que no debiera. No pudo evitar sonreír por todo lo que le dijo, jamás pensó que el hecho de que estuviera vivo pudiera hacer feliz a alguien, y menos al vampiro. Así que tendría cuidado, por primera vez, se cuidaría, se aseguraría de vivir, de vivir por Moonkyul.

Se limitó a observarlo mientras terminaba de lavarse, pensando que se veía realmente atractivo mientras lo hacía. Aprovechó cuando se sumergió en el agua para morderse el labio. Jamás imaginó que podría sentir tanto deseo por alguien... Sonrió cuando lo vio salir del agua y recibió su beso gustoso, esperando después a que le trajera su bata. Quiso disimular un poco, pero llegó a mirarlo de reojo varias veces mientras se ponía la toalla alrededor de su cintura. Sacudió la cabeza y mojó un poco su rostro con el agua de la tina. Aún le sorprendía sentirse tan atraído por él...

Sujetó la mano de Moonkyul cuando este se la ofreció, con cuidado tras su advertencia, y salió de la tina, dejando que le pusiera esa bata de color rojo sangre. Ocultó un poco su cuerpo con ella, rodeándose con sus brazos, pero después se puso de puntillas para poder besar al vampiro, rodeando su cuello con sus brazos para no caerse.