Es algo complicado [Priv-59]

-que?!.. oye esp.. alcanzo tan solo a decir cuando el otro le cerro la puerta en la cara; esa forma de Yamamoto no era comun no era como antes no era el chico idiota al que conocio, miro a su brazo aun con las notorias y mas que obvias marcas en su brazo *tan decesperado estaba..y ahora* suspiro sentandose en la cama -idiota... eres un idiota todos en el hotel lo debieron escuchar grito un tanto enojado golpeando la pared dañandola un poco -siempre hace lo mismo dijo bajando la mirada mientras sentia que sus mirada se hacia un tanto borrosa resbalandose hasta caer al suelo una lagrima para luego limpiar sus ojos con el dorso de su mano -quien era esa..como es que sabia como llamarle que mierda

penso un millar de veces el como ir a preguntarle a aquella mujer pero sabia que debia contenerse de no tratarla mal ya que era una mujer y como tal no debia tratarla, camino por la habitacion aun su brazo le dolia pensando en un porque en ese actura de Yamamoto y porque tener celos de una tipa aunque Yamamoto le habia declarado tantas veces su amor y sin siquiera resibir una respuesta ahora pensandolo bien no era justo *que demonios me pasa* penso *esto * se hacerco a sus pertenencias notando que a Yamamoto se le habia quedado una maleta abriendo esta y encontrandose cosas muy normales nada fuera de lo comun -esto no me sirve de nada asi que .. tomo su movil que reposaba sobre la mesita de noche -si..tan solo... observo el movil al haber encontrado el numero de el pelinegro tan solo la duda era la siguiente... como saber si este aun tenia ese numero...despues de unos segundos le llamo pero solo tenia tono pero no le contestaban -tsk vaya que estupido demonios porque no lepedi su numero.. pero que carajos porque tenia que pedirselo paresco un niñato con esto suspiro resignado decidiendo enviarle un mensaje solo eso si aun tenia ese numero no seria de su incumbencia y asi tan solo no lo tenia pues no llevaria consigo esa maleta

Citación :

no se si tengas aun este nuemero..como sea se te quedo algo en el cuarto no se endonde estas asi que aprobecha a venir por eso cuando me vaya

al enviarlo suspiro dejando el movil en su bolsillo alistando sus maletas y mirando por ultima vez entre las pertenencias del otro encontro una de las manillas que solia usar y que habia perdido en el instituto la noche antes de haberle hecho ese mal a Yamamoto *que hace esto aqui* la agarro observandola y manteniendose estatico

Siguió caminando, apretó el botón del ascensor y después de que se abrieran las puertas entró en él. Cuando ya estuvo en el vestíbulo salió de allí y escuchó su móvil, no contestó, por lo que luego al tomar un taxi lo observó y vio el mensaje de Gokudera. Se pasó mucho rato leyendo esas palabras, analizado una por una las palabras del otro y se guardó el teléfono e el bolsillo de nuevo, no volvería, no tenía para qué, después de todo en esa maleta habían más que cosas que le recordaban al peligris y otras que en verdad no tenían importancia, ropa, ya tenía con lo que se había llevado.
Lo mejor ahora era irse de la ciudad, pero no, pasaría ahí un tiempo, y luego se iría, miró por la ventana, ahora mismo era extraño viajar a un destino que no fuera el del chico. Y es que ahora mismo se preguntaba por que fue tan estúpido y le siguió por tantos años, para que lo hizo y luego lo encaró sospechando de las reacciones del otro y él que por un momento había pensado que lo que Gokudera sentía era de verdad y que en verdad podría haber algo entre los ojos. Sintió angustia y respiró profundo cerrando los ojos. El automóvil iba dando pequeños saltos por el pavimento antiguo de la ciudad entonces paró, le pagó al hombre y se bajó del vehículo caminando hasta el el nuevo hotel. Tanto tiempo desgastado en el italiano, alguien que no lo entendió, había tenido sexo con el, pero para Yamamoto eso no era algo simple, había sido su primera vez... había esperado por eso y después de todo eso era lo que esperaban, pero no más parecía ser que para el otro era sólo eso, y él se había molestado de decirle todo cuando no era necesario, al final de cuentas el único que estaba interesado en el sexo era Gokudera y no él. Sacó el celular de su bolsillo y eliminó el mensaje.

Aun tenía el móvil en la mano, dejo sus maletas a un lado y el botones la dejó en un lugar apartado, entonces salió del hotel en busca de aire, el celular sonó de nuevo, lo miró y vio el numero de Gokudera en la pantalla del objeto, suspiró, no entendía el por qué de la insistencia del otro, después de todo él había sido el que arruinó todo, ahora mismo no se arrepentía de nada, se fue a la hora justa quizás eso ya no importaba, por lo mismo no quería contestar el teléfono, sabía que si volvía a escuchar su voz quizás sus pensamientos firmes se arruinarían y terminaría siguiéndolo como siempre o haciéndole caso. Pero en un impulso lo alzó y contestó, el motivo de aquello fue "No tengo nada que temer después de todo es él quien dice que ha ido muy rápido, que no me ama, no va a hacer más que empeorar las cosas ahora con sus duras palabras" pensó, suspiró al escuchar como el otro iba en un vehículo, a donde diablos se dirigía ahora, miró su reloj, eran las once de la noche, no encontraría ni trenes ni buses.- Qué pasó? -preguntó al fin al notar que ninguno de los dos hablaba, miró hacia la calle y luego a las personas que pasaban por allí, ni siquiera tenía sed, quería estar con Gokudera, pero no lo haría, tenía que olvidarse de él, las cosas no eran simples para ambos y Yamamoto no podía soportar por tanto tiempo la personalidad cambiante e indiferente del italiano, a cada minuto se estaba volviendo más inseguro a su lado y eso no era bueno para él, y bueno no era bueno para nadie.- Por qué me llamas, no quiero esa maleta... tírala, no tiene nada importante -le dijo después sin más, estaba pensando en cortar y no volver a escucharlo.

Después de todo lo que había pasado en serio se preguntaba que hacían ambos hablando por teléfono.- Si, lo sé -le dijo con voz ronca y más arrastrada de lo normal, le costaba hablar con él, no por que fuera a llorar sino por que tenía miedo a sucumbir ante la mera voz del otro. Se quedó en silencio, no quería colgar, pues esa era posiblemente la ultima conversación que tenían ambos, pero entonces tampoco entendía por que no era el otro el que cortaba todo eso de una vez, acaso alguien que no esta interesado en otra persona simplemente la deja ir. Qué era? la sangre, la necesidad, o acaso sólo se estaba burlando de él, quizás era un juego para el otro, transformarlo y luego dejarlo solo. Sin embargo al escuchar su voz no hizo más que estar más expectante a lo que tenía que decirle, escuchó el "espere" del otro, no entendía muy bien. Se aceleró un poco.- Hayato? -pregunto volviendo a oír su voz, apartó un poco el móvil para suspirar sin que el otro lo escuchara. Estaba de espalda al lugar en donde Gokudera estaba, esperó a que dijera lo que quería saber y abrió sus ojos, dio la media vuelta llevándose una mano al rostro, si lo veía así entonces lo notaría y sabría que no era cierto y que si quería verlo, pero tampoco le podía mentir, alzó un poco el rosto, aun no le veía pero el ambiente era extraño, se sentía extraño y observado, aparte de la horrible opresión que tenía en el pecho.- No juegues más conmigo... le dijo pegando su vista al suelo mientras aun tenía pegado el teléfono a la oreja.- Haces que me sienta cada vez peor y aun así quiero verte... -"No quiero que juegues más conmigo... pero a veces prefiero eso a no tenerte nunca más" pensó.- ... Dónde estás? -preguntó después alzando la vista y mirando hacia el lado equivocado, entonces volvió a mirar y no supo si es que al que vio fue a aquel hombre o era parte de su imaginación.

Que le hacía pensar eso?, exactamente todo por supuesto, no sabía lo que el otro quería, muchas veces pensó en dejar todo pasar, como lo hubiese echo antes al ser más joven y como lo hubiese echo si es que el otro no lo hubiese dejado, si, le había echo mucho daño uno irreparable pero a pesar de todo, todavía quería estar con él, lo quería cerca, alzó la mirada y pudo ver al otro, vio como se acercaba a él sin ningún reparo, pero no quitó el celular de su oído. Se quedó mudo al verle más cerca. Si había pensado en cortar la llamada, hasta en no contestarle, pero ahora mismo se dio cuenta que era lo mejor que pudo haber echo. Que le diría ahora, no había cambiado de opinión aun sentír que el otro estaba jugando con él, al dejarlo ir, y luego al ir allí, Yamamoto nunca fue un tipo demasiado complicado, para él las cosas eran simples y por lo mismo no lograba entender los pensamientos de Gokudera, si lo quería entonces por que no se lo decía, en verdad lo de ellos no pareció haber sido sólo el encuentro de una noche y parecía ser que para el otro sólo había sido eso, quizás por aquel acto había esperado pero no, y ahora creía que el mismo Hayato se mentía a sui mismo, por algo estaba allí, estaba confundido al igual que el otro. Apenas el otro cortó la llamada soltó el móvil y lo cerró dejándolo en su bolsillo le miró a los ojos, no sería acaso mucho más fácil abrazarlo y besarle, y tan solo pedirle que no se alejara de su lado, que sentía haberse ido del cuarto de hotel y dejarlo solo y prometer que nunca le había engañado con nadie, que era la única persona en su vida y que no pensaba en nadie mas que en él. Si eso era lo correcto, y si no le creía entonces ya no tenía nada más que hacer.- Hayato... -apenas alcanzó a decir, dio un paso hacia el pero no lo abrazó.- Qué haces aquí?... -preguntó inútilmente, estaba allí por él?, claro por que más. Se sintió emocionado, no quería engañarse pero eso era imposible ahora.- Yo no debí irme del hotel así como lo hice... quizás fue apresurado... Hayato ahora mismo no sé que hacer contigo, pero no quiero estar lejos de ti, no después de todo, pero a veces creo que te obligo a todo... si lo hago, entonces por que no me lo dices... no entiendo por que ... -suspiró ya mirando muy bien a sus ojos, y lo notó. Lo abrazó con fuerza.- Has llorado...

Que era lo que quería, no había terminado aquella frase y el tiempo pareció haberse multiplicado incansablemente, necesitaba escuchar que es lo que hacía y quería y ahora mismo sentía como las palabras de Gokudera podían traspasar tan profundamente en él como las de ninguna otra persona, se quedó con los ojos levemente abiertos cuando el chico comenzó a moverse sutilmente hacia sus labios y cerró los ojos con gusto al escucharle, alcanzó a curvar sus labios en una tenue sonrisa y apoyo los labios en los contrarios. Cuando había querido escuchar sólo eso.- Te amo Hayato -susurró contra los labios del peli plata y los estrechó aun más abrazándole de una forma más cómoda y subiendo una de sus manos hasta la mejilla del otro acariciándola y juntandolo aun más con su rostro, entreabrió por fin los labios y dejó pasar su hábil lengua por ambos labios, sonrió con ternura sólo con sentir la húmeda lengua del italico y suspiró en el besó alzando levemente las cejas en tan extrema dicha cautivadora. Cuando le amaba, le quería y, cuanto había esperado por él, con tan sólo una palabra gentil y un acto como ese.
Entonces no fue hasta después de unos segundos que se separo apenas un poco de su amado y le miró a los ojos.- Si ahora vuelvo a estar contigo es para no dejarte nunca más -susurró nuevamente contra sus labios, mirándole a los ojos y esperando una respuesta, indirecta, del otro, sólo con eso se conformaría y se lo llevaría con él a donde quisiera, y si tenía que seguirlo entonces lo haría.
Ahora que se presentaba una oportunidad así no se podía negar por nada, no tenía nada más que hacer que dejarlo entrar en su corazón por completo, que su cuerpo y todo su ser se invadiera de él, que fuera su vida y que ya no hubiesen reclamos, esperaba decirle adiós al pasado y dejar los rencores de una vez, ahora tenía que estar con él, besarle y abrazarlo y esperar a que estuviese listo para comenzar un tipo de relación, lo esperaría, sería paciente y quizás volvería a ser el Yamamoto de antes, o al menos uno muy parecido, tenía que relajarse.

Seguía mirándole fijamente, quería escuchar algo de aquellos labios rozados, quizás en un color más vivo por el propio beso de hace unos segundos. Parecía estar discutiendo consigo mismo de lo que iba a decir y lo estaba esperando, su confesión de vergüenza le pareció adorable y llena de ternura, sólo sonrió un poco y al escuchar como se nombraba en un "yo" le puso aun más atención, mas sintió los pasos de alguien ajeno a toda su atmósfera intima, que a pesar de ser un escenario callejero, aquellos metros eran solo de estos dos vampiros. Pasó la vista al extraño y le miró, supo de inmediato quien era y por que decía aquello, miró a lo lejos el taxi abandonado por el peli plata y volvió su vista al italiano.- No pasa nada, siento hacerle esperar, estamos conversando -le dijo en una vista de soslayo y abrazó a Gokudera por los hombros ahora viendo al taxista, pero acercó sus labios y palabras al oído de Hayato.- Dile que te quedaras conmigo, iremos a buscar tu equipaje y nos alojaremos en este hotel si quieres -murmuró en su oído.- Ya tendremos tiempo de conversar, lo que tenemos que conversar -le dijo separándose un poco de él para cortar la pena del chico que seguramente se sentía estúpido por ser manejado así por el moreno.
Entonces ahora se encaminó hacia el taxi, pero sin antes mirar hacia atrás al italiano, en verdad quería quedarse con él o sólo se iría, y eso ahora mismo sabía que era inútil, vuelos con ese tiempo, con los vientos y a esta hora, era algo imposible, mas tenía que saber los deseos del chico, suspiró esperando la respuesta corporal del otro, juraba internamente que era capaz de secuestrarlo si escuchaba algo no convincente, se lo llevaría lejos de allí sin darle explicaciones a nadie y le obligaría a sacar de sus labios lo que sabía que expresaban sus ojos.- Vamos a buscar tus cosas Hayato -le dijo desde su posición dando un paso hacia él.

Entonces comenzó a caminar hacia el taxi, que estaba a unos cuantos metros. Espero que el taxista llegara para comenzar a sacar las cosas, por fin del porta equipajes. Vio su maleta, mas decidió dejarla para el final, sacando las demás y esperando a Gokudera que venía a unos pasos, tomo la maleta que era de su propiedad y a pesar de la interrogativa visual del moreno el otro no dijo nada y le pagó a aquel hombre. Pero entonces escuchó que a él tampoco le gustó, aun así el comportamiento del italiano no era el mejor, sólo sonrió de manera amable y miró al chico, le tomó del hombro y lo apuró.- Lo siento -le dijo al chófer.- No es para que digas eso -sonrió.- Sólo se preocupaba, hay pocas así ahora... -susurró al final y siguió su camino sin decir mucho más que esto. Este chico debía cambiar, pero no, no para qué si así le gustaba y tanto.
Una vez llegaron al hotel Yamamoto miró al otro.- Ya he pedido una habitación así que sólo subamos -le dijo cuando ya iba entrando al ascensor, le dejo tiempo nulo a reclamar, supuso que era mucho mejor de esta forma, pues al final aunque dijera que no siempre manifestaba lo que le molestaba o no y se quejar+ía mucho más rápido de lo que estaba pensando. En el elevador se le quedó mirando por varios segundos fijándose en sus rasgos finos y sus ojos manifestantes de un llanto pasado, se sentía culpable de aquello, y pues claro, él era el único culpable por aquello, y aunque pareciese tonto eso de algún modo le gustaba, vergonzosamente le gustaba saber y sentir que era importante para el otro y que era merecedor del llanto de aquellos ojos claros. Ahora mismo el silencio no era problema para Yamamoto, aun así sentía un tipo de presión en el pecho, suspiró desviando la mirada sintiéndose presa de la belleza del heliogabalus, pero ya no habían miedos, el moreno estaba más seguro que nunca y sería él el que vería por la estabilidad de aquella relación si es que se le podía llamar así.- Hayato... -susurró,quizás sólo como necesidad de querer decir su nombre, extendió una mano a la mejilla del chico que la cubría por completo, su mano grande y largos dedos acariciaron la tersa piel blanca del italiano y dejo de hacerlo cuando las puertas del ascensor comenzaron a abrirse. Entonces salió de allí y esperó a que Gokudera lo siguiera.
Abrió la puerta de la habitación cuando estuvieron fuera de esta y dejó entrar al otro, acomodó las maletas del italiano en un sofá cómodo del cuarto, Yamamoto respiró profundo y apoyó su espalda en la pared mirando a su compañero que no parecía estar muy feliz, entonces sonrió.- No deberías tener esa cara, relájate una vez y no pienses ya en nada... -propuso acercándose a él y tomando sus mejillas.- Tengo cigarrillos... -le dijo tomando una cajetilla a la mitad y se la pasó, se alejó un pcoo de él y luego se retiró, acostándose en la cama, en la gran cama.

Había cerrado los ojos para relajarse mucho más; el humo del cigarro poco a poco fue llegando a la nariz del moreno y olió con gusto. Al escuchar su pregunta abrió los ojos y apoyo los codos en el colchón para mirarlo mejor, con algo de pena estaba dispuesto a hablar, más la expresión del otro parecio haber encontrado otra cosa por la cual quejarse, entonces de un rato a otro se halló con el chico sobre su cuerpo y más encima zarandeándolo, le tomo de los brazos para que terminara de hacer eso y lo miró a los ojos.- Tu que pretendes subiéndote encima mio -pregunto divertido y prefirió cortar el tema, le quitó el cigarrillo y se lo llevo a la boca, dándole una calada, era mejor que se quedara pensando en eso.- No te preocupes, no fumo demasiado... -le dijo sonriendo de manera espontanea. Le paso el cigarrillo y le dio la vuelta quedándose sobre su cuerpo.- No me culpes por esta habitación y esa cama... tuve que robar una reservación -susurró acercándose a sus labios.- Aparte... no es necesario dormir en camas separadas... eso no sirve para nada -le dijo ahora contra sus labios mirándole a los ojos, pestañeando un par de veces antes de acomodarse una poco y comenzar a besarle, tranquilamente y con gusto. Sólo esperaba que no empezara con el cuento de que sólo lo quería para tener sexo, recordando esto suspiró y se alejó un poco de él, quizás aun era luego para volver a hacerlo, aunque si seguía con provocaciones como subirse encima de él, no lo podría soportar demasiado. Por ahora lo dejaría fumar tranquilo. Caminó ahora hasta el ventanal de la habitación y miró hacia afuera los rascacielos. Estaba seguro que no faltaría mucho para volver a oír las quejas del peliplata, pero eso era lo de menos ahora mismo disfrutaba de cada una de sus palabras y adoraba el ceño fruncido de su rostro, era capaz de perdonar cada actitud endemoniada del otros sin peros y amarle aun más por eso.

Y allí estaban sus quejas, ahora en preguntas y unas sin demasiado sentido en verdad, se dio la vuelta y caminó hasta donde estaba Gokudera, pasó por delante de él antes de que fuera a encarar al chico que estaba detras de la puerta, le sonrió abrazandole y le besó para que no dijera nada más y se lo llevó hasta el baño, una ves lo dejó le miró a los ojos con una sonrisa en los labios.- Esperame aquí y no hables, quiero quedarme en esta habitación y se supone que yo soy ese tal señor Jung, ya tendrás tiempo de reclamarme por qué te besé y todo eso, por favor esperame aquí -cuando ya le dijo todo esto salió del baño esperando que se quedara allí y llegó a la puerta.- Hola... -saludó fingiendo acento chino.- Deje las cosas ahí por favor... -el chico sonrió creyendoselo todo y dejó las cosas. Espero que tenga una buena noche señor, dijo el chico inocente y salió de la habitación después de que Yamamoto le diera su propina, no tenía ganas de beber sangre y no tenía intensión de beber la sangre de ese joven, por lo que no hizo nada, ya luego habría tiempo para eso. Susurró y caminó hasta el baño, miró a Gokudera que tenía un gesto de gran fastidio y sonrió.- Lo siento, no quería esconderte, me gustaría mostarle a todos que eres mio, pero -se llevó una mano a la nuca y la rasco con una sonrisa en el rostro, una sonrisa perfecta y tierna.- Esta habitación no la reservé yo... trajeron vino, uno muy caro -le dijo después mirandole, se acercó un poco más a él y le besó en los labios tiernamente, para luego profundizarlo, abrazandole de la cintura.- No tienes sed de sangre o si?- preguntó separando sus labios y saliendo del baño hasta la habitación. Se sacó la camisa y luego los pantalones quedando en boxers, tomó una de las etiquetas de "no molestar" y la colgo en la perilla de la puerta, por fuera claro.- Ya nadie molestará -murmuró después tomando dos copas para servir el vino.

No entendía lo que decia el otro y es que bueno en la TV en realidad no estaban dando nada interesante, suspiró y le miró de reojo, cuando estuvo a punto de tomar el primer sorbo vió como el otro se tomaba el liquido al seco entonces de la pura impresión se quedó quieto y luego rió divertido, le quito la copa de la mano y la dejó a un lado, bebió un poco de vino y dejó su copa al lado de la del peliplata, ahora se apoderó del control remoto y comenzó a cambiar el canal de televisión.- Hayato si quieres hacer otra cosa deberias decirmelo y ya, podemos hacer lo que tu quieras -murmuró mirandole de vez en cuando pues su vista ahora se centraba en la pantalla de televisión.
Pero entonces se aburrió y dejó el control a un lado, miró a Gokudera elevó una mano para acariciar su mejilla y lo acercó para besarle en los labios profundamente sin vacilar, puso su otra mano en la cintura del vampiro y lo acercó un poco más a su cuerpo, sin embargo esto se había convertido en un juego y sin más le soltó se puso de pie y bebió lo que quedaba en su copa, tomo luego ambas y las llenó con vino, le dió una copa a Yamamoto y luego bebió la propia. No se sentó en la cama, quedó frente al otro y le dio una bella vista desde su posición, pues no le dejaba ver la televisión tampoco. El marcado cuerpo del moreno claramente era una distraccion y una muy grande a decir verdad, estaba perfectamente esculpido, y él sabía muy bien que a Gokudera eso le gustaba tambien y estaba dispuesto a usar su cuerpo como carnada. Entonces "accidentalmente" su copa vacia cayó, se rompió un poco, se agachó para tomarla y su dedo fue victima de un corte; se hizo una herida bastante profunda, ya de pie y se acercó un poco más a Hayato, apoyo su dedo en los labios ajenos y lo metió hasta que alcanzara su lengua.- Así cicatrizará más rápido -dijo como escusa y lentamente se fue inclinando más sobre su cuerpo hasta recostarlo en la cama y apoyar su cuerpo un poco sobre el contrario, aun con su dedo en la boca ajena. - Quizás quieras hacer algo como esto -susurró desviando su mirada a los labios del chico.

Sabía que le iba a gustar su sangre, sabía y recordaba como se había puesto cuando por primera vez bebió su sangre y luego al ver a otra de sus victimas supo que había sido especial. Su sangre lo enloquecía. En verdad no le molestaría, no lo lamentaría para nada, ni aunque lo dejase seco, pero claro, tampoco le dejaría beber demasiado, entonces no podría hacer nada de lo que quería ahora mismo. Sonrió compacido cuando el otro lo empujo y se subió encima, se mordió levemente el labio inferior cuando comenzó a lamer su cuello y respiró profundamente, llevó sus manos al trasero del peligris para guiar los movimientos que había comenzado a hacer sobre su propia entrepierna. Con cada segundo que pasaba se calentaba más, empezaba a encenderse ante los movimientos del italiano, al menos ya estaba casi desnudo y ese era un trabajo a realizar menos. Subió sus manos por la espalda del chico deslizando lentamente su ropa, separandolo de su cuerpo para por fin deshacerse de la ropa superior de Gokudera, poco después volvió a bajar sus manos hasta sus cadera, metió una mano por entre ambos cuerpos y después de rozar su miembro la movió un poco para tocar el de Gokudera, comenzó a frotarlo y luego lo dejó. Ahora mismo lo tomó de los hombros y lo separo, miró el rostro del chico y ante aquella mirada dejo que siguiera haciendo lo que hacia no sin antes comenzar a bajar su pantalon y luego sus interiores.- No bebas tanto... -murmuró sonriendo algo divertido, lo separó de su cuello y lo besó profundamente en los labios, jugó con su lengua que aun tenía el sabor de su sabgre y saboreo con gusto sus labios. Acarició su espalda delineando su figura con la punta de sus dedos, le encantaba la suavidad de su blanca y terza piel.- Te amo... -susurró contra sus labios apenas abriendo un poco los ojos.

Dejó los labios entreabiertos para dejar salir unos cuantos jadeos, que por lo demás iban acompañados por quejidos, que más de dolor eran de placer. Sintió como los colmillos del peli-plata se introducían ligeramente en su piel y como su sangre salia sigilosa de su lugar, esperó que no bebiera mucho, pero no fue necesario detenerlo, lo estaba controlando muy bien y eso lo tranquilizó. Pero hubo algo que lo sorprendió mucho más, supo de inmediato, dejó entrar el dedo de Gokudera a su boca y lo lamió casi por inercia llevando una de sus manos a la cintura del chico sonriendo levemente entonces lo soltó y dejó que siguiera con lo suyo.- Hayato... -murmuró agitándose más cuando tomó su miembro y lo comenzó a masturbar, tragó saliva y expectante apoyo sus codos en el colchón, de esta manera tenía una vista más detallada de los movimientos del otro y de todo su cuerpo, le encantaba como de manera felina el chico se movía encima de la cama y sobre parte de su cuerpo, entonces de improviso la húmeda lengua de éste hizo que se estremeciera levemente y apretara el abdomen fuertemente, jadeó con algo de lujuria cuando mordió su piel y luego cerró los ojos al sentir nuevamente la humedad de su boca atrapar a su miembro. Pasaron unos segundos y quizás minutos antes de que alzara su mano para apoyarla en la cabeza de Gokudera, no obligandolo a nada, sólo acarició sus cabellos cuando el otro parecía estar más y más animado con eso.- Si no quieres hacerlo no lo hagas -digo de un molesto a otro aguantándose los jadeos de placer. Sabía que el sexo oral no era muy agradable para quien lo hacía, bueno al menos eso creía él.