Las voces en la ciudad comenzaron a acentuarse con cada minuto que pasaba, con cada paso que daba al adentrarse en las infinitas calles de la noche. Todos y cada uno de los bares por los que pasó estaban completamente abiertos, así como los pubs y demás locales nocturnos en su mayoría. Pudo observar, además, muchos club privados con los guardias a la entrada observando a todo el mundo pasar con cautela y la suficiente sorna como para formar en su mente un leve sentimiento de temor ante ellos. Además de eso las personas predominaban, la mayoría adultos como él lo era, aunque también estaban los típicos adolescentes que creían creerse mayores de lo que lo eran y jugaban a ser como tal: algo que él solía hacer a pesar de haber superado la mayoría de edad en el país.
-¡Ve con mas cuidado!
Tuvo que ir con cuidado, pues esa voz masculina que escuchó de fondo era el aviso de que debía ir con cautela, estuvo a punto de chocarse con aquel hombre, al parecer, repartidor. Suspiró al notar que no le había pasado nada más allá de lo normal, quizás notó su corazón acelerar debido a la impresión que pudo llevarse. Negó con la cabeza antes de volver a comenzar a caminar y pasar a la acera que tenía frente a él, por donde caminaría hasta encontrar un lugar en el que pararse. Le pareció extraño que tanta gente estuviese aquel día dando vueltas por la zona, ¿habría alguna convención o algo por el estilo?, no lo sabía, y no quería comprobarlo. Sus pasos siguieron igual de lentos y cuidados que antes, quizás algo más cautelosos, pero igualmente tranquilos. Le molestaba estar rodeado por toda aquella gente, ¿pero que podía hacer más que andar para desviar la atención de todas las personas? Sus manos reposaban calientes dentro de los bolsillos de su chaqueta, la cual estaba poco planchada, ¿para qué alisarla?, total, era de noche y nadie se daría cuenta de las arrugas si no se fijaban demasiado.
No mucho después llegó hasta una de las calles principales, por la que cogió un atajo para llegar a un bar remoto y sin demasiadas personas que pudiesen molestarle, más precisamente menos de 10. El ambiente se denotaba tranquilo y bastante acogedor, algo que le gustaba al ser él tan solitario y conveniente. Se adentró con normal tranquilidad, mantuvo sus manos dentro de sus bolsillos hasta que se sentó en el último asiento de la barra, el mas alejado de la salida y en donde menos gente había a pesar del frío que hacía en la calle y junto a la puerta. Observó un poco de reojo cada detalle antes de mirar hacia el frente y esperar que el camarero llegase hasta él para poder pedir, lo cual sucedió en un pequeño margen de tiempo, minúsculo, apenas unos segundos.
-Vodka negro con 7up, porfavor -Una de sus bebidas favoritas sin duda, rica, sabrosa, y además le caía bastante bien. No tenía la intención de emborracharse por completo pues tendría que ir a su casa después de todo eso, pero a menos coger el punto si...necesitaba olvidarse de muchas cosas y hacerlas desaparecer de su mente tan pronto como pudiese, odiaba estar como estaba en ese momento: medio desolado.