Tu vida se me escapa de las manos [Roxas]

Roxas negó con la cabeza muchas veces cuando escuchó las preguntas de su amigo. No... no debía decirlo, no quería que Moonkyul tuviera problemas, no podría verlo, no le permitirían verlo, y eso no podría soportarlo. Pero pronto escuchó a Marco culpar al vampiro, así como escuchaba a Jason tratando de detenerlos, y después la puerta de la habitación abrirse y cerrarse. Marco se había ido... pero, por suerte para Roxas, no había llegado a ocurrir nada grave. Suspiro aliviado, sintiendo la mirada de Jason sobre él todo el tiempo.

-Voy a hablar con él, tal vez se tranquilice. -fue todo lo que dijo, ajustando sus gafas. -Ya hablaremos cuando todo haya pasado, Roxas...

Asintió, escuchando como su otro amigo también se marchaba. Miró a Moonkyul, mordiéndose el labio, con expresión de niño arrepentido, como si hubiera hecho algo que no debía. Se movió, reprimiendo varios quejidos de dolor por ello, hasta sentarse en el borde de la cama, sin dejar de mirar a Moonkyul.

-Lo siento... -se disculpó. -No sé qué me ha pasado... te juro que no lo hice a propósito, yo... -agachó la cabeza, llevando sus manos al estómago, tratando de aguantar así el dolor. -Hablaré con ellos... me inventaré lo que sea... No te causarán ningún problema.

Agachó más su cabeza al escuchar a Moonkyul, parecía enfadado y no pudo evitar mirarlo asustado cuando le dijo que no quería que se acercara a Marco. ¡No podía exigirle eso! Era su amigo... ¿también iba a prohibirle eso? Ya ni siquiera los veía después de clases... Moonkyul ocupaba todo su tiempo libre, lo reclamaba siempre que podía y Roxas no hacía otra cosa que acudir a él obedientemente, aún no sabía por qué...

Olvidó esos pensamiento cuando Moonkyul empezó a gritarle. Sólo negó con la cabeza varias veces. No, no odiaba su tacto. Si era verdad que en muchas ocasiones temía al vampiro... pero no odiaba que lo tocara, ni que lo besara... todo lo contrario. Ya hacía mucho tiempo que se sentía en el mismísimo cielo cuando Moonkyul se molestaba en dedicarle ese tipo de cosas. Podía resultar patético, pero así era como se sentía.

Desvió su mirada levemente sonrojado cuando escuchó esas palabras tan posesivas, aunque la risa de Moonkyul lo asustaba un poco, y se había movido lo suficiente como para que la herida de su estómago le provocara punzadas de dolor. Pero por nada del mundo apartaría a Moonkyul de encima suyo.

-Moonkyul... tú eres el único que me toca... -le recordó. -Marco es sólo mi amigo... ya te dije que no tengo pareja, y no tengo intenciones de tenerla...

No, porque, de tener pareja, pensaría en Moonkyul a todas horas. No serviría de nada, la única persona a la que amaba en esos momentos no sería su pareja. Y Roxas jamás dejaba que otros lo tocaran con demasiadas confianzas... a menos que fuera a la fuerza como hizo Moonkyul aquel día, pero, las demás veces... fue con su consentimiento...

Roxas volvió a negar con la cabeza. Moonkyul no tenía ni idea de lo que en realidad él deseaba... ¿Ser libre? No. Eso no le importaba en absoluto. Quería... amor. No amor cualquiera, su amor. Quería que le dijera esas dos palabras que jamás había escuchado, quería que lo besara como nunca nadie lo había besado, que lo abrazara y le pidiera quedarse a su lado, no por diversión, o por capricho, sino porque de verdad lo necesitara a su lado. Pero debía conformarse con eso, con que lo abrazara de ese modo que a veces le hacía pensar que lo amaba, que le dijera esas confusas palabras que trataba de no malinterpretar. Se conformaba sólo con eso... y con besos como el que le dio de repente, tan cálido...

Lo miró sorprendido cuando le dijo que podría ver a sus amigos, incluso invitarlos a su casa. A Roxas eso le pareció excesivo, era la casa del vampiro, no la suya, no pensaba hacerlo. Aunque sonrió, le estaba concediendo libertades... a cambio de no abandonarlo... y de acostarse sólo con él. ¿Acaso cree que le costará cumplir esa petición? Para nada... Roxas no pensaba hacerlo. Roxas sabía que sólo le pertenecía a Moonkyul.

Y, después, lo miró confundido por esas últimas palabras. Francés. Sonaba realmente seductor hablando ese idioma... aunque no entendió del todo bien lo que quiso decirle, y creyó que eran las intenciones del vampiro.

-Entendido. -respondió obedientemente, y trató de incorporarse un poco para besar sus labios, pero un fuerte dolor se lo impidió. Esa maldita herida... esperaba que sanara pronto, odiaba no poder levantarse y moverse como quisiera.

Escuchó la puerta abrirse de pronto, y se tapó el rostro con sus manos. ¿Sus amigos? Si lo veían así... se moriría de pura vergüenza.

No entendía por qué Moonkyul se molestaba de ese modo. ¿Qué más podía decirle? Simplemente lo aceptaba, le parecía bien... le parecía más que bien, pero eso no lo iba a admitir, no era tan masoquista. Le sorprendió ver que se alejaba para sentarse en el sofá, y lo siguió con la mirada, dispuesto a preguntarle qué era lo que le ocurría... cuando el vampiro se lo dijo. ¿Enamorado? Sintió su corazón dar un vuelto, y se repitió mil veces en sus cabeza que eso no podía ser. ¿Moonkyul enamorado de él? Se sintió cruel, muy cruel, y estúpido... ¿le estaba confesando algo así, y todo lo que decía era un "entiendo"?

Volvió a incorporarse, incluso se levanto, ignorando la fuerte punzada de dolor que sintió por ello. No iba a callarse, iba a decírselo todo... Aunque aún dudaba... no iba a callar más.

-No es así, Moonkyul... Las cosas no son así... Es que yo... -comenzó, pero tuvo la necesidad de callar un momento y agachar la cabeza. -Yo te quiero... hace tiempo que me di cuenta de que estoy enamorado de tí... -confesó, al fin. -Pero... tú dijiste... que era una molestia, dijiste que no sería más que tu juguete, como una mascota... ¿¡cómo pretendes que piense me quieres!? -se atrevió a mirarlo un instante, pero volvió a mirar al suelo después. -No quiero que me hagas sentir mal de nuevo... no quiero que juegues conmigo y me hagas sufrir después...

Volvió a coger fuerzas para mirar al vampiro, llevando sus manos al pecho, sintiendo los fuertes latidos de su corazón debido a los nervios que sentía en ese momento. Estaba haciendo lo que se prometió jamás hacer... y, si Moonkyul le había mentido, estaba cayendo en su trampa de forma patética. Pero no le importaba lo más mínimo...

-Moonkyul... ¿sabes? A mí... me encantaría...

No pudo decir más, escuchó de nuevo la puerta y esta vez si se abrió. Al mirar, encontró a sus dos amigos, y Jason no tardó en escandalizarse por verlo en pié.

-¡Roxas! ¿No te han dicho que no debes levantarte? -le recordó, avanzando hacia él y haciendo que se sentara. -¡Estás sangrando! No te vas a curar si sigues así...

Y siguió reprendiéndolo, pero Roxas no escuchó. Miró la sangre que manchaba su venda... ni siquiera se había dado cuenta, sólo pensaba en Moonkyul... Lo miró, y le dedicó una tímida sonrisa, llevando una de sus manos a la venda. Esa herida... aunque era dolorosa... le había acercado más a Moonkyul, le estaba ayudando a comprenderlo... y esperaba que le quedara cicatriz, para recordarlo siempre que la viera.

Roxas vio la reacción del vampiro y no tardó mucho en averiguar lo que le ocurría. Debía de tener sed... y, en vez de asustarse, más bien sintió cierta impotencia. De no ser porque sus amigos se encontraban ahí, le habría ofrecido su sangre sin dudarlo dos veces. Aunque moverse tanto había sido una imprudencia... ahora le dolía muchísimo esa herida. Volvió a tumbarse en la cama con la ayuda de Jason, sin esperar lo que hizo su otro amigo. Quiso reprenderlo, y temió que Moonkyul lo golpeara, aunque se lo tendría bien merecido por pasarse con él. Pero, para su sorpresa, Moonkyul sólo se encerró en el baño, y sus ojos rojizos no pasaron desapercibidos para Roxas. Tenía sed, mucha sed...

Miró a Marco, con el ceño fruncido, ligeramente enfadado.

-¿Por qué hiciste eso? Déjalo en paz, él tiene tanto derecho a estar aquí como tú... -le dijo con un tono realmente serio. -Si vas a seguir así, Marco, es mejor que te vayas. No quiero que hagas sentir mal a Moonkyul.

Supo que esas palabras serían malinterpretadas por sus dos amigos, pero no le importó lo más mínimo. Desvió la mirada, evitando mirar a Marco, haciéndole ver que estaba enfadado. Pero tuvo que llevar ambas manos a su estómago y reprimir una mueca de dolor. Sentía cómo la sangre seguía mojando su venda... era demasiada... Se le había abierto mucho la herida.

-Roxas... estás muy pálido. Voy a buscar a una enfermera, tu herida se ve mal...

Antes de que Roxas pudiera negarse, Jason se marchó, asegurándose de llevarse a Marco con él, aunque fuera tirando de este. Roxas miró hacia la puerta del baño, y no lo pensó dos veces. Se deshizo de los cables que le molestaban y fue hacia el baño. Abrió la puerta, entró, y la cerró tras de él. Moonkyul parecía estar mal... no podía dejarlo así, Roxas consideró que esto había sido culpa suya, de modo que...

-Moonkyul, mírame... -le pidió, mientras apartaba sus cabellos y le dejaba expuesto su cuello. -Bebe... Debes de estar sediento, llevas mucho tiempo aquí... Bebe, por favor...

No esperó que Moonkyul se negara, aunque él mismo sabía que no podría soportar perder más sangre, ya comenzaba a marearse y piel palidecía por momentos. Sintió un extraño escalofrío cuando Moonkyul empezó a curarlo con su sangre, la herida empezó a cerrarse y, aunque no se cerró del todo, sí perdía menos sangre. Dejó que el vampiro lo tomara en brazos y lo llevara hasta la camilla, y no dejó de mirarlo, sorprendido. No estaba bien, y eso Roxas podía verlo. Necesitaba sangre... y él no podía dársela, y aunque lo hiciera, Moonkyul no querría tomarla. Sonrió. ¿De verdad se preocupaba por él? Se llevó las manos al pecho. Eso le hacía sentir realmente bien.

Asintió con la cabeza, viendo cómo se tumbaba para hacerse el dormido. No permitiría que Marco le dijera nada, e intentaría que se marcharan cuanto antes. No era que no quisiera ver a sus amigos, pero Marco a veces podía ser algo problemático... sobretodo si quería molestar a alguien.

-Moonkyul... -lo llamó tímidamente. -Gracias...

No pudo decir más, enseguida volvieron a entrar sus amigos con una enfermera, que se sorprendió al ver que la herida era menos de lo que parecía. Anestesiaron un poco esa zona y volvieron a coser la herida, y antes de salir le advirtieron que no se moviera mucho, aunque Roxas ya había aprendido la lección.

-¿Cómo se encuentra? -preguntó Jason, mirando a Moonkyul que parecía dormir. -Qué curioso que tenga fobia a la sangre, parece un tipo muy duro...

-No es... como parece ser... -murmuró Roxas para sí, con una sonrisa en sus labios. No, era mucho más dulce y atento de lo que su aspecto duro y frío dejaba ver...

Roxas suspiró. Al parecer, Marco no iba a parar... pero tampoco se atrevía a decirle que se marchara sin más. Después de todo, se había molestado en ir a verlo, no sería justo por su parte hacer eso. Oía a Jason reprender a Marco por lo que le dijo, pero ya no prestaba atención. Era mejor así, no parecía que su amigo fuera a escuchar lo que le tuviera que decir. De hecho, sólo reaccionó cuando escuchó a Mookyul... y se asustó un poco cuando escuchó el comentario de Marco sobre sus ojos. Miró al vampiro, mordiéndose levemente el labio al comprobar que estaban teñidos de un color rojo. No dijo nada, tratando de no parecer nervioso para que ninguno de sus amigos sospechara nada...

Suspiró aliviado. Al parecer, Mookyul supo darle una respuesta convincente. Con cuidado, llevó una mano a su frente. Le dolía un poco la cabeza, y se sentía cansado después de haber perdido sangre de nuevo. Necesitaba descansar...

-Eh, Roxas. ¿Te encuentras bien? -preguntó Jason. -No tendrás fiebre, ¿no?

-¿Mm? No... sólo... estoy un poco cansado... -respondió, cerrando los ojos.

Jason pareció decirle algo más, probablemente reprendiéndolo por haberse estado moviendo demasiado hasta abrir su herida, pero Roxas no prestó atención. Poco a poco dejó de escuchar las voces de sus amigos... y se quedó dormido.