Es algo complicado [Priv-59]

Claro que le gustaba, pero pensó que Gokudera no lo estaba disfrutando y prefería que el otro lo pasara mucho mejor esta vez, y es que estaba siendo tan sexy y dócil que quería que nunca se olvidara de esa noche, en verdad no quería que olvidara cada segundo que pasara con el por que no quería volver a perderle, pero era difícil pensar en estar cursilejadas cuando el otro estaba tan ardiente y él con tantas ganas de sentirle por completo. Se dejó hacer por completo, cerró los ojos cuando comenzó a meter su lengua en su boca y poco a poco comenzó a seguir el beso y sólo después de unos minutos se separó un poco para jadear extasiado, su miembro ya estaba duro. Abrazó al peli plata por la cintura y lo giró quedando sobre su cuerpo, le miró intensamente y retomó el beso que habían cortado, no quería que se asustara por lo que nuevamente mantuvo el lento ritmo, moviéndose lentamente sobre su cuerpo mientras disimuladamente se hacia espacio entre sus piernas y su miembro chocaba con el contrario. Con voz entrecortada y ronca algo desgastada, gimió tan masculino como el sabía y no fue un gemido cualquiera se preocupó que fuera justo fuera el oído de Hayado para estremecerle, y claramente acompaño con esto a un movimiento algo más brusco, lamió su cuello y llevó una mano hasta el muslo del chico para subirlo, esperó que aquella pierna se apoyara sobre su cuerpo y así su mano viajo más fácil a aquel agujero, lo toqueteó por encima acariciándolo para luego comenzar a invadirle, algo lento y quizás molesto para el otro, sin embargo no demoró demasiado en llegar a aquel punto en donde el otro se ponía mucho más caliente y sediento de sexo.

Sonrió un poco al escuchar aquello y se acercó a sus labios para besarle profundamente, moviendo levemente sus labios sin hacer herida lo jaló un poco y pasó un brazo por debajo de su espalda para elevarlo un poco y acomodarlo en la cama con total facilidad. Comenzó a moverse lentamente sobre su cuerpo y poco a poco su respiración se fue haciendo más agitada, ya estaba excitado pero ahora el saber que iba a entrar en el cuerpo de Gokudera por segunda vez, lo excitaba mucho más. Suspiró, cerró los ojos y apretó con algo de fuerza el cuerpo del chico y pasó su nariz al hombro de este, se acomodó mejor entre sus piernas y se separó un poco para besar su mejilla, sonrió de manera tierna y llevó una mano hasta su propio miembro, lo acomodó en el sitio perfecto, sacó sus dedos del interior del chico y comenzó a empujar hacia adentro, tragó saliva para ahogar un jadeo. Sus labios ahora se dirigieron a su oreja, respiró allí y mordió el lóbulo de sus oreja.
Después de unos segundos ya había entrado por completo en el cuerpo del italiano, había sido mucho más fácil que la vez pasada, y ahora tenía más consentimiento de Gokudera. Apoyó ambas manos a un lado de la cabeza del chico y alzó un poco su cuerpo, le miró directamente a los ojos y así comenzó a embestirle. No había placer más exquisito que ese, el rostro de Hayato era hermoso y mucho más cuando estaba acalorado y tenía aquel sonrojo y la piel perlada. Poco después descendió apoyó sus codos a los lados de su cabeza y le besó profundamente, moviéndose algo más fuerte y rápido.