Un tipo peligroso. -priv Kyoya-

Últimamente se había puesto a pensar demasiado en como podía seguir viviendo de esa manera, no conocía a muchas personas en ese lugar y Dino siempre fue alguien sociable a pesar de ser un vampiro, le gustaba mucho la gente y estar rodeado de ella.
Por la tarde había salido a caminar, libre de trabajos y sin mayores responsabilidades vagó hasta que cayó la noche. Paró su caminar en un puente que conectaba la ciudad a una de las villas en donde vivían, en su mayoría humanos, quizás podría encontrarse con alguno y aprovecharse de la soledad del lugar para beber un poco de sangre que le hacía falta.

Pronto encontró a un hombre de aspecto joven y muy serio, parecía ser la presa perfecta si es que no era él otro vampiro, y aunque lo dudaba decidió acercarse a él, fingiendo inocencia dibujo una sonrisa en sus labios. Caminó tras el por unos segundos y luego adelanto el paso, mirándole hacia atrás, no borró aquella sonrisa de sus labios y con la mirada muy viva le invito a seguirlo. Dobló en uno de los callejones y dejó de moverse para esperar al otro, si es que le había seguido, no diría nada, le atacaría apenas le viese, era una presa interesante y muy atractiva quizás antes de morderlo se entretendría un poco con él, después de todo ningún humano podía resistirse a los encantos de un vampiro.

Dejó sus manos a un lado cuando el otro le tomó del hombro y una ves dicho esto, velozmente lo tomó de la nuca y de la cintura y lo acorralo.- Eso es lo que debería decir yo -le dijo mirándolo a los ojos, mas al notar las orbes de esto surgió en Dino una gran duda. Seria acaso aquel chico uno de su clase, no, era distinto, demasiado distinto a decir verdad. Lo miró por unos segundos más y ya supo que el que en verdad se encontraba en peligro era él y que ahora no podría escaparse de aquel hombre, un master, si se obsesionaba le seguiría sin parar hasta conseguir su sangre. Su esperanza ahora era que al otro, su sangre no le gustara.- Eres un master -susurro, soltándole y separándose un poco del otro, no entregaría su sangre tan fácilmente.

Demasiado tarde, ya había caído y ahora mucho más a fondo, no quería aunque el otro le resultara realmente atractivo no quería estar allí.- Lo afirme -le dijo aun lejos del otro y decidido a arrancar de ese lugar.- Lo sé... -le dijo frunciendo levemente el ceño y mirándolo con expectación, entreabriendo un poco sus labios con tan solo olor la sangre del otro. Cerró los ojos y jadeo. Apenas sintió le dedo del master en sus labios volvió a arrinconarlo.- No... -susurro mintiendo, evidentemente mintiendo. No faltaron muchos segundos para que Cavallone comenzara a succionar la sangre de este con deseo, aumentando cada ves más el libido y de apoco adoptando un gesto lascivo, abrió un poco más la herida de su dedo, pero no satisfecho con eso, se acerco a su cuello, besándolo primero y luego abriendo su boca para mostrar aquellos amenazantes colmillos blancos.

-Ah~ -jadeo con algo de dolor al sentir las manos del chico tan bruscas e hirientes en su espalda, aun así eso más que molestarle, lo excitaba más.
Se alejó apenas un poco y le miró a los ojos.- Por qué no? -se acerco a sus labios y deposito un pequeño beso para luego besarle profundamente.- Ah... lo sé... -se respondió a sí mismo pero aun así no podía alejarse del cuerpo del Master, le jaló de sus ropas y lo estrechó contra la pared, volviendo a su cuello.- Quiero beber de tu sangre... -le miró a los ojos y volvió a besarle, profundamente, mordió un poco su lamió inferior y lo jalo, causándole una pequeña herida, de la cual salia solo un poco de su sangre, eso no era necesario. Sabia muy bien lo que podría pasar si es que bebía mucho de su sangre y no estaba si es que ahora podría ser libre de él, cuando apenas podía separar un par de centímetros de su cuerpo.- No sabes cuanto quiero alejarme de ti... -susurro sin apenas moverse.

Subió una mano a la mejilla del menor, sintiendo el calor de ésta a pesar de la piel fría del joven.-No pienso acabar con tu vida -susurro.
Una ves dicho esto escuchó al otro y rió por lo bajo.- Ya lo abría echo hace mucho pero no puedo... no puedo y no sé por que... -era sumamente adictivo, recordaba haber visto a Master, pero nunca se intereso por ninguno, si bien la atracción era mucho, nunca llego a ser como la que comenzaba a sentir por este desconocido. A ninguno de los dos les convenía estar juntos, pero Dino en ese estado no podía pensar en nada coherente. No sería hasta un par de días que sería menos débil a la imagen del chico, si es que llegaba a pasar algo entre los dos, ya que por el momento no se dedicaban más que a tramitar todo aquello.- Tu podrías irte... déjame tu. Por favor vete.

Racionalmente agradeció que el master se fuera, no podría aguantar mucho rato con él de esa manera, pero pasionalmente se arrepentía mil y un veces por haber dijo eso y por dejarle ir. Apoyo su cabeza en la pared y se agacho, apoyándose en esta. Que había sido todo eso, que estaba haciendo y por que actuaba de esa manera cerca de aquel hombre, por que no podía controlar sus instintos, por que no podía ser más frío y controlar la situación como siempre. Pero no, era su sangre, todo el le atraía demasiado, en pocas horas había quedado completamente prendado a él, temía y a la ves agradecía el echo de no poder separarse más de él.
Pasaron unas horas hasta que se paró de aquel frío suelo. Al llegar a su casa trato de no pensar en él, no quiso salir en dos días, pero no podía seguir así, necesitaba verlo de nuevo.

No había echo nada durante esos días, no quería ni podía concentrarse en nada, no hacía más que pensar en el. El más cercano de sus empleados le recordó que tenía con un empresario mafioso del sector. No tenía ganas, pero después de todo tenía que asistir. Ni siquiera recordaba el motivo de aquello y ni siquiera lo pregunto. Tampoco sabía por que iban a juntarse en un lugar así.
Apenas cayó la noche partió al hotel, seria una reunión privada y secreta, ni un subordinado podía estar allí. Esperaba que el hombre le recordara el tema de su reunión, por que de no ser así, estaría en un grave problema. Que había pasado últimamente, que era lo tan importante. Una ves en el hotel entró a la habitación de las termas, estaban bien decoradas, muy japones todo, sonrió levemente, pues siempre le llamó la atención esta cultura- Ante la humedad se vio obligado a usar un traje ligero y cómodo, no pensaba bañarse, ni menos con alguien que no conocía.
Al parecer el empresario estaba dentro de la habitación, a lo lejos veía una silueta oscura, pero no pudo descubrir quien era, su olfato se veía afectado por el vapor de agua.

Se acercó un poco más y se quedo a cierta distancia del onsen. Se preguntó si es que era ese tipo de reuniones preparadas por sus subordinados, y hasta le dio tiempo para pensar que aquella reunión era un engaño y era un pequeño reglado de sus empleados. Ya algo divertido por el tema sonrió, recordó el nombre que le habían dado y lo llamo.- Hibari Kyoya - dijo con voz firme acercándose un poco más y sintiendo luego una leve sensación de angustia, suspiro y se detuvo una ves vio el perfil del hombre.- No puede ser... -susurro para si mismo, un escalofrío lo invadió y retrocedió un paso, el temor y la nostalgia se contraponían en su mente y era un manojo de emociones sin explicación.
Aquel hombre que había perturbado su mente y que no lo dejaba pensar en nada más que en él. Quería tocarlo como aquella noche y mucho más, todo parecía perfecto el lugar él, la noche. Sutilmente observo su piel, sus labios y su cuerpo, se acercó a él y tomó su nuca para acercarlo, beso la comisura de sus labios y luego su mejilla.- Me has traído pensando en ti todos estos días, he querido ir a buscarte pero no me he atrevido, dime que has sentido lo mismo -susurro en su oído.

Era mentira, lo sabía con solo sentir el tacto de su piel y ver esas mejillas, no le era indiferente para nada. Se quedo mirando sus ojos y los cerró para luego mirar hacia otro lado.- No se el motivo de esta reunión, he venido vacío, no sé que ha pasado en estos tres días, no tengo cabeza para nada más -agregó acercándole nuevamente.- Quiero tenerte entre mis brazos, necesito de ti -susurro contra sus labios, tomándole de las mejillas.- Sé que no sientes algo muy distinto a lo mio -se separo un poco y le miró a los ojos, se mordió el labio y produjo una herida para que saliera un poco de sangre. Le beso e incito al menor a beber de su sangre. Siguió besándolo, mordiendo a la ves el labio inferior de éste para beber de aquella droga, dulce y tan deseada.- Ah~ -jadeo, acercándose más a él, abrazándolo por la cintura para acercarlo más a su propio cuerpo.- Dime ahora que no te interesan mis deseos.

No iba a creerle, le miró a los ojos de manera profunda y se sacó la yukata, se metió en el onsen y le tomo por la piernas, abriéndolas para quedar en medio de estar y tomarlo por la cintura para mantenerlo cerca. Se acerco a sus labios y apenas los beso. Deslizo sus manos por el cuerpo del chico y llego a sus hombros, en donde deslizo sus ropas, besó su mejilla y beso su cuello, lamiéndolo y dejando un marca en su piel ante la succión se acercó más, tocó con su entrepierna los genitales de Hibari, se separo un poco y lo miró luego a los ojos, volviendo a hacer lo mismo, sacó un poco su lengua y lamió los labios de éste y luego comenzó a besarle profundamente tocando sus glúteos sutilmente mientras lo mantenía cerca de su cuerpo. Después de unos segundos llevo una de sus manos a la entrepierna de Kyoya y tomó su miembro para comenzar a masturbarlo, de allí, dejo sus labios y bajo para agacharse. El agua le llegaba hasta el pecho y su rostro se mantenía al frente de la entrepierna del otro, lamió un poco la punta del pene de éste y luego comenzó a succionar fuertemente su falo semi-erecto.

Al escucharlo no le hizo caso, sus hombres nunca, nunca lo molestaban cuando estaba en una reunión, menos de ese tipo y es que por algo le habían reservado una habitación de ese tipo, y en realidad esperaba que los empleados de Hibari tampoco se metieran en donde no los llamaban. Lo miró hacia arriba y soltó su miembro para volver a subir, de tomo de la cintura y lo alejo de la orilla del onsen para meterse con él en el agua. Lo sentó sobre sus piernas, dejando cada pierna a uno de sus lados y se acercó lo suficiente para tener "ese" tipo de contacto. Rozó sus labios con los propios y ladeo la cabeza mientras le miraba a los ojos y comenzaba a besarle suavemente, finalmente cerró los ojos a lo beso profundamente, sus manos en la espalda del menor apretaban su piel sutilmente y lo atraían más hacia sí mismo.- Ah~ ... te deseo Kyoya... te quiero ahora -susurro contra sus labios lamiendo luego su cuelo, mordiéndolo ligeramente.

Una corriente de placer invadió su cuerpo cuando escucho a Kyoya hablar de esa manera, jadeo y suspiro después acariciando sus caderas y luego su trasero, apretándolo ligeramente con la punta de sus dedos. Completamente excitado subió el cuerpo del chico y tomo su propio miembro para poner la punta en la entrada del menor.- Ah~ Kyoya... -susurro, pero antes de meterlo introdujo una de sus dedos en la cavidad del menor, y luego otro para comenzar a moverlos circularmente.
A los pocos segundos sacó sus dedos del interior del otro, acerco sus labios al cuello tan tentador del otro y comenzó a meter su glande en el interior de Hibari.- mhhh~ Ah~.
Era una escena tan propia, tan esperada por ambos, hace días que necesitaba tenerlo de esa manera. Ah! y cuando le había costado que el otro se convenciera de que eso era lo mejor. Nunca podría olvidarse del moreno, lo había cautivado para siempre.