Alguien muy ENOJADO [Privado Roxas]

Ya llevaba 5 días viviendo con Moonkyul, y el estado de ánimo de Roxas sufría altibajos contínuamente. Unas veces, cuando el vampiro lo había tratado con cierto cariño -o algo parecido-, parecía en una nube. Pero otras, cuando volvía a mostrarse frío y cruel, se mostraba cabizbajo e indiferente hacia todo. Esto había llamado la atención de algunos de sus compañeros de clase, y amigos, entre los que uno no dudó en abrazarlo, después de preguntar una y otra vez qué ocurría y que Roxas no confesara. Ese abrazo había animado al rubio, al menos hasta que llegó la hora siguiente...

Entre clase y clase, recibió un mensaje en su teléfono móvil. Era Moonyul, quería verlo. Aquello extraño a Roxas, no sólo ese mensaje tan repentino, sino el hecho de que lo enviara a esas horas. No supo si esperar a terminar las clases, además de que tenía trabajo ese mismo día... pero sabía cuáles eran las consecuencias si enfadaba al mayor, así que no dudó en escapar durante el recreo para ir a verlo. Odiaba perder clases... y más aún no asistir al trabajo... pero si Moonkyul lo llamaba, él simplemente acudía. Como su... mascota.

No tardó en llegar en hotel, y rápidamente preguntó por la habitación. Subió hasta llegar a la puerta, y se paró delante de ella, dando unos suaves golpecitos.

-¿Moonkyul? -preguntó, aún confundido. -¿Puedo pasar?

Le abri la puerta mostrando una cara totalmente enojada con muchas cosas y entre ellas era aquella imagen que no podia borrar de su mente en ese preciso y es que se sentia mucho enojo y en otros sentidos gran rabia , cuando vio apenas a roxas lo jalo de la muñeca y cerro la puerta de si , le mire desafiante hasta que hable -Dime quienes eran aquellos que te estaba abrasando , si quiera te distes cuenta como te miraban , LO VISTES -Le grite , no me gustaba hacerlo pero lo hice , me empese a reir enfrente de el -Que crees que soy . que crees que mierda SOY ROXAS RESPONDEME ... -me separe de el enojado , coji otra botella de vino y me la empine hacia los labios , bebiendo con amargura .

-Dime ahora andas de putilla en tu escuela , abres las piernas a cualquiera y no me lo has dicho roxas -Le dije en tono burlon mientras tire esa botella a una esquina rompiendola -CONTESTAME MIERDA , NO TE QUEDES CAYADO ...-Le grite , por extraño que suene mi enojo era demaciado grande , celos ...simples celos que tenia , pero ...es que aborrecia que le tocara alguien mas.

En cuanto vio el rostro del mayor al abrirle, Roxas supo que estaba enfadado, furioso. Pero no entendió por qué, y sólo se quejó un poco cuando lo jaló de ese modo tan repentino, cerrando la puerta tras él. No hizo nada, miró a Moonkyul cada vez más confundido, y abrió su boca para preguntar cuando él lo interrumpió, preguntándole por alguien que le había abrazado. Aquello sorprendió mucho a Roxas. ¿Cómo había visto eso? ¿Acaso lo espiaba? No pudo evitar sentirse molesto, ¿es que no podía tener vida aparte de él, o qué?

Aún así, no dijo nada, agachó la cabeza como un niño al cual regañaban, sintiendo una punzada en el pecho cuando le escuchó llamarle de esa forma tan despectiva. ¿Cómo podía decirle algo como eso? Dio un pequeño bote, asustado, al escuchar el estruendo que provocó la botella al romperse, y fue incapaz de decir nada, sólo morderse los labios con rabia, hasta que dejó de escuchar los gritos.

No podía más, simplemente, no podía aguantarlo más...

-Eso es todo lo que soy para tí, ¿no? -respondió con amargura, luchando por que no se le quebrara la voz, queriendo sonar frío como él, pero sólo sonando dolido. -Un trozo de carne al que le haces abrir las piernas cuando te interesa... ¿verdad? -añadió, mirándolo desafiante después. -¡No valgo nada para tí! ¿Por qué me mantienes a tu lado? ¡Hay un montón de chicos por los que podrías cambiarme! ¡No lo aguanto más! No te entiendo... -confesó, acercándose a él aún sabiendo que eso podría ser fatal. -A veces... incluso parecía como si... me... -se calló, no quería mostrar sus debilidades, no más.

Dio media vuelta, y avanzó hacia la puerta, dispuesto a marcharse. No podía seguir haciendo aquello con su vida, todo por una persona que lo trataba de esa manera cuando quería. Aunque sabía muy bien que, de alguna manera, ya estaba atado a ese vampiro. Volvería, y seguiría dejando que hiciera con él cuanto quisiera...

-Eran sólo mis amigos. -respondió a su pregunta. -Estaban preocupados por mí... ¿Es que acaso no tengo derecho a eso? ¿No puedo tener amigos? -preguntó, incapaz de abrir la puerta para marcharse. -Yo no soy así. No hago ese tipo de cosas con cualquiera... si dejo que tú sigas haciéndolo es porque...

Calló, sabiendo que se estaba dejando llevar por sus emociones. No podía decirle que se había encariñado con él, que lo necesitaba, más que a sus propios amigos. Sabía cuál sería la dolorosa respuesta de Moonkyul. Así que sólo suspiró y abrió un poco la puerta.

-Si sólo me has llamado para insultarme, déjame marcharme. Tengo clases, y mucho trabajo atrasado gracias a tí. -dijo, de nuevo en un intento de ser frío con el vampiro, pero no pudo evitar mirarlo con cierta preocupación. -No deberías haber salido de casa de día... y menos por... una... puta... como yo... -dijo aquellas palabras, aún dolido.

Su cuerpo se tensó cuando Moonkyul cerró la puerta, y más aún cuando apretó el puñó y la apartó. Cerró los ojos con fuerza, esperando un golpe que nunca llego. Sólo le escucho pedirle que no se fuera, no parecía una orden como era normalmente, sino que... parecía... pedirlo... Roxas negó para sí con la cabeza, convenciéndose de que no era así, que probablemente fueran imaginaciones suyas. Volteó para mirarlo cuando se lo pidió, y se asustó al ver toda la sangre salir de su mano. Abrió la boca para hablar y había dado un paso para ir a ayudarlo, pero la herida se cerró, y Roxas volvió a guardar silencio.

Moonkyul siguió hablando, incluso gritando, y el menor sólo lo miraba sorprendido. Ese lado del vampiro... ese lado en el que Roxas podía ver su bondad, en el que podía creer que lo apreciaba, en el que podía creer que era para él más que un cuerpo con el que divertirse. Una pequeña sonrisa, unida a un leve rubor de sus mejillas, apareció en sus labios al escuchar esas últimas palabras. Quiso disculparse por haberle dicho todo aquello, pero el mayor fue a sentarse en la cama, y Roxas sólo observó desde dónde estaba.

Entrecerró un poco los ojos cuando los primeros rayos de sol entraron por la ventana, pero entonces miró a Moonkyul, asustado. ¿Por qué hacía eso? El sol le dañaba... le estaba dañando... pero él no cerraba las cortitas, sino que se tumbo en la cama, como esperando a... ¿morir? Roxas sintió como si su corazón dejara de latir un instante, y casi sin pensarlo corrió hacia la ventana para cerrar él mismo las cortinas.

-¿P-Por qué...? ¿Por qué haces eso...? -preguntó, notando su voz temblar. -N-No lo hagas... no lo hagas más... por favor... -suplicó, acercándose a él, sentándose en la cama, a su lado.

Su rostro estaba lleno de quemaduras, que ahora poco a poco se curaban, pero Roxas seguía preocupado, y ahora sintiéndose culpable por todo lo que había dicho.

-Lo siento... -se disculpó. -No... no debí decir todas esas cosas... Es sólo que... necesito entenderte... y no puedo... A veces, eres tan frío que me haces pensar que me odias... y otras... como ahora... -calló, acariciando su rostro con cuidado. -No quiero marcharme, Moonkyul... y... creo que tampoco pueda hacerlo. -confesó. -Volvería a tu lado, aunque no quisieras estar conmigo. Yo... tampoco lo entiendo... pero necesito tenerte cerca...

Se tumbó sobre la cama, acercándose al vampiro, abrazándolo y dejando un dulce y tierno beso en su mejilla.

-Si así lo quieres... no dejaré que vuelvan a abrazarme. Intentaré apresurarme más cuando vuelva de las clases y del trabajo... pero no vuelvas a hacer eso, por favor... -pidió, abrazándose a él como un niño asustado y arrepentido. -Perdóname, Moonkyul...

Le sorprendió el abrazo del mayor, y sólo lo miró en silencio, sonriendo levemente por sus palabras. Moonkyul siempre lo confundía con sus repentinos cambios de actitud, pero esta vez... estaba siendo tan bueno, que ni siquiera lograba reconocerlo. Le gustaba ese lado de Moonkyul, le demostraba que, de verdad, era alguien bueno en el fondo... algo que Roxas sospechaba casi desde que lo conoció. Sabía que todo aquello era una completa locura, pero eso había dejado de importarle. Nunca nadie le había dedicado esas palabras, nunca nadie lo había abrazado de la forma que Moonkyul lo hacía... nunca nadie le había mostrado ese cariño que tanto había necesitado todos estos años. Por eso, y porque se sentía atraído y atado a ese extraño vampiro, estaba de acuerdo en ser suyo, y sólo suyo.

Miró con curiosidad el anillo que sacó de su bolsillo, sorprendido cuando lo puso en el dedo. No supo que decir, sólo pudo mirarle casi boquiabierto. ¿Tanto le importaba? ¿Tanto deseaba tenerlo a su lado? Nadie jamás había tenido esa necesidad por tenerlo cerca, o al menos nadie se lo había demostrado de esa forma. Habría llorado, de no ser porque el vampiro ya le dijo que odiaba ver a los humanos llorar. No lo hizo, sino que cerró los ojos, recibiendo ese beso con gusto, dejando que lo tumbara, aún abrazándolo, respondiéndole a ese beso. Sabía que ese lado de Moonkyul era completamente diferente, lo sabía por la forma en que lo besaba, y cómo acariciaba sus mejillas y su cabello, como si... lo quisiera... al menos un poco.

Se tensó un poco cuando se dirigió a su cuello y lo mordió, pero él se mordió el labio para no emitir ningún quejido. Iba a dejarle... después de todo, aunque no había dicho nada, había aceptado. Era suyo, y sólo tuyo.

-No dejaré... que nadie me toque... si no eres tú... -prometió, estirando un poco su cuello para darle espacio. -Te pertenezco... desde que... me encontraste en el lago... -añadió, tratando de evitar recordar ese suceso. -Nunca me alejaré de tí... y si lo hago... sé que me harás volver a tu lado...

Ya se había acostumbrado al dolor en su cuello cuando Moonkyul se separó, pero en el fondo lo agradeció, temía que no pudiera detenerse. Lo miró cuando volvió a hablarle, sonrojándose por esas palabras. Eso era. Su mascota, su adorable mascota. Antes, aquello le molestaba, pero ahora no le importaba, al contrario, si así podía permanecer a su lado, sería su fiel mascota.

Lo miró con atención por su pregunta, y abrió la boca para responder, pero sólo salieron suspiros cuando empezó a besar su cuello, y después a lamer su oreja. Tuvo que tomarse su tiempo para poder responder.

-Sólo... pensaron que necesitaba un abrazo... -respondió. -Son... mis amigos. Estaban preocupados... sólo querían que me sintiera mejor, de verdad. -dijo para no enfadarlo. -Pero... ningún abrazado suyo me hace sentir tan bien como cuando lo haces tú... -confesó, desviando un poco la mirada.

Se atrevió a acariciar la espalda del vampiro con sus manos, tranquilo, a veces asegurándose de que seguía dedicándole esas placenteras caricias con su lengua, mientras seguía soltando algunos suspiros. Pero aún le quedaba responder a una pregunta de Moonkyul...

-A-Al principio... me dabas miedo... -comenzó. -Pero nunca te odié... era... extraño... sentía que no eras tan malo como parecías... -confesó después. -Incluso cuando me hiciste eso... no me desagradaba del todo. Que te tomaras la molestia en satisfacerte conmigo... de alguna manera... me hacía sentirme menos inútil... -no fue capaz de mirar a Moonkyul mientras confesaba aquello, y cerró sus ojos para disimularlo. -De alguna manera... había algo en tí que me atraía desde el principio... Pero, después... empecé a ver esa parte tuya... cuando me tratas bien... cuando me haces sentir... querido... y... creo que ahora es lo que más me gusta de tí...

Separó con cuidado a Moonkyul para poder mirarlo y le dio un dulce y casto beso en los labios, sin poder evitar sonreír después.

-¿Qué es lo que tengo? ¿Por qué aún me mantienes a tu lado? -preguntó, aún incrédulo. -¿Por qué eres tan bueno conmigo? Podrías tener a alguien mucho mejor que yo, si quisieras... ¿Por qué yo? No merezco que alguien como tú me trate tan bien...

Sonaba extraño, pero en esos últimos días, Moonkyul se había convertido en algo demasiado importante, demasiado bueno para él... sobretodo cuando se portaba de aquella forma tan dulce. Y, para Roxas, que jamás se había considerado merecedor de nada bueno, era algo que aún le sorprendía.

Se separó un poco del cuello del mayor para poder mirarlo mientras hablaba, sonriendo levemente por sus palabras, algo sonrojado. No era la primera vez que elogiaban su físico, ni sus ojos... pero sí era la primera vez que esos halagos le hacían sonreír de forma sincera. Si Moonkyul se lo decía... era razón suficiente como para sentirse en una nube.

Esa pequeña sonrisa desapareció de su rostro cuando Moonkyul continuó hablando. ¿Misterios? Su único misterio era su pasado... sus padres, su vida hasta hace un año. Temió que, al contarlo, el mayor dejara de sentirse interesado y lo alejara de él. Lo abrazó con cierta desesperación, escondiéndose en su cuello.

-Puedo... pasar más tiempo contigo, si así quieres. -se ofreció. -Puedo... faltar a clase un par de días... y quedarme contigo... Luego diré que estuve enfermo...

No se sentía con valor suficiente como para hablarle de sí mismo, pero sí podía estar cerca de él y sólo de él durante más tiempo. Pensó, por un momento, en qué dirían sus padres si supieran todo aquello... Probablemente lo único que les importara era que no asistiera a clases... o lo que pensarían los demás si vieran a su hijo viviendo con otro hombre. Suspiró y abrazó un poco más fuerte a Moonkyul, alejando esos pensamientos de su cabeza.

Dio un pequeño respingo al escuchar los susurros de Moonkyul. ¿Mentir? Bueno, no estaba mintiendo realmente... sólo evitaba hablar de él, contínuamente, respondiendo únicamente a lo que el mayor le preguntaba con sinceridad. Pero sabía a lo que se refería, Moonkyul quería saber más cosas de él... y, aunque Roxas no quisiera contarlas, sabía que tenía que hacerlo. Prometió obedecerlo, después de todo.

Cuando lo cogió de las mejillas, no pudo hacer otra cosa que mirarle, sintiéndose más tranquilo por sus palabras, pensando que tal vez si podría contarle, que no cambiaría nada, que querría seguir manteniéndolo a su lado. Y, de no ser así, se sentía capaz de pedirle que lo matara. Al fin y al cabo, si el vampiro no lo quería a su lado, nadie más iba a echarlo de menos. Salió de esos pensamientos cuando escuchó esas últimas palabras, notando sus mejillas enrojecer al instante.

Separó sus labios para responder, pero sonó el teléfono y Moonkyul se alejó de su lado. Esperó pacientemente, sentándose en la cama... pero sintiendo una dolorosa punzada en el pecho al escuchar la conversación. Se repitió una y otra vez que debía acostumbrarse a eso, que no podía pretender ser el único, que no lo merecía, que debía conformarse con que Moonkyul quisiera tenerlo cerca... pero, aún así, y aunque escuchó perfectamente que se negaba... se sintió mal.

Cuando terminó de hablar por teléfono, gateo hasta él. No podía pedirle que sólo se acostara con él, ni que sólo estuviera con él, pero... otra idea pasó por su mente, una idea que, aunque su razón negó una y otra vez, él decidió llevar a cabo.

-Moonkyul... -lo llamó, mientras desabotonaba lentamente su camisa, dejando expuesto su torso para que el vampiro lo viera. -Si... si quieres... hacerlo... Y-yo... -comenzó a decir, algo tímido. -Puedes... hacerlo... todas las veces que quieras. No te detendré, no tienes por qué ser cuidadoso... sólo... tómame cuántas veces sea necesario hasta que pueda complacerte... -pidió, desviando la mirada, aún sonrojado.

Pensó que, si lograba satisfacerlo, jamás necesitaría buscar a otras personas, y las rechazaría por mucho que llamaran. Así, no tendría que molestarlo pidiéndole que sólo estuviera con él, lo estaría siempre...

No esperó escuchar esos gritos de Moonkyul y cerró fuertemente los ojos, asustando, temblando bajo el cuerpo del vampiro. Claro que no quería eso, odiaba sentirse así... pero si de ese modo podía retenerlo a su lado... no le importaba que sonara patético, estar con Moonkyul era la primera cosa que deseaba de todo corazón. La primera cosa que había ansiado jamás... más aún que llamar la atención de sus padres o que hacerlos sentir orgullosos. No quería perder eso, hacía mucho tiempo que la vida le resultaba sorportable, e incluso divertida... tal vez fuera la primera vez.

Volvió a abrir los ojos cuando lo sintió separarse, escuchando sus palabras, sin poder evitar sonreír y sentirse idiota. Se incorporó lentamente, quedando sentado y mirando a Moonkyul aún con una sonrisa dibujada en el rostro. Especial. Roxas nunca había sido especial para nadie... así que eso era completamente nuevo para él.

Gateó de nuevo hasta él, esta vez para abrazarle con dulzura, tratando de contener las lágrimas que amenazaban con escapar de sus ojos. Pero esas lágrimas no eran por la tristeza. Era... feliz...

-L-Lo siento... -se disculpó. -Yo no... pretendía eso... Es sólo que... -tragó saliva y se separó, mirando al mayor con algo de miedo e inseguridad. -...Me gustaría ser... el único... el único al que beses... y abraces... y... bueno... -no pudo continuar la frase y apartó la mirada, con un claro rubor en sus mejillas. -¡Y-Ya sé que no soy nadie para pedir eso! -añadió rápidamente, alejándose un poco, encogiéndose y abrazando sus rodillas. -Sólo... creía que así... estarías a mi lado más tiempo... Me da igual como sea, sólo quiero estar contigo... sé que suena patético, y tal vez sea patético... pero... -trató de esconderse en sus rodillas antes de continuar. -...eres la única persona... con la que me he sentido... como si... me quisieras, o me apreciaras... o algo parecido...

Siguió así, escondido, cerrando los ojos con fuerza, esperando algún grito, algún comentario burlón, lo que fuera...

Se encogió un poco más al escucharlo reír, temiendo que se burlara de él, pero no esperó que lo empujara y cayó bocarriba en la cama sin poder evitarlo. Un leve rubor apareció en sus mejillas cuando Moonkyul comenzó a hablar, y desvió su mirada, sabiendo que había actuado de forma bastante patética. Pero no podía evitarlo, con Moonkyul, ese tipo de cosas... no me importaban. Volvió a mirarlo cuando alzó su mano, mirando el anillo que le había dado. Sonrió. Entonces... ¿sería el único para Moonkyul? Se sintió como en una nube, y más aún cuando le dijo que le gustaba y que... lo quería.

-Te... quiero... -repitió, casi para sí. Nadie, jamás, le había dicho esas palabras. Y estaba convencido de que nadie había sentido eso por él nunca. -Yo... creo que... también te quiero... -susurró con timidez.

Asintió con la cabeza, aún con esa sonrisa en el rostro, cuando lo llamó de nuevo con ese nombre. Ro-chan. Jamás imaginó que le gustaría ser llamado así... pero se aseguraría de que sólo Moonkyul lo hiciera, y... algo le decía que el vampiro tampoco permitiría que otros lo llamaran de ese modo. En el fondo, le gustaba que fuera tan posesivo, le hacía creer que le importaba, y ahora estaba convencido de que así era.

Dio un pequeño respingo al escuchar su propuesta, con su rostro completamente colorado, mirando al mayor. Aunque aún era inexperto en el tema del sexo... sí podía intuir lo que significaba aquello.

-¿S-Sado... masoquismo...? -repitió, tragando saliva después. -B-Bueno... podemos... intentarlo. -cedió, desviando la mirada una vez más. -P-Pero... no te pases demasiado... por favor...

Y, en el fondo, se había vuelto algo masoquista. Después de todo, cualquier persona normal habría huído después de lo que le sucedió días antes con el vampiro. Sin embargo, Roxas sólo permaneció a su lado, cada vez sintiéndose más unido a él.

Sonrei de manera victoriosa asi que me aserque a roxas y le tome de las muñecas , con la corbata que traia ahi tirada en el piso le amarre las manos a la cama , despues me dedique a esculcar entre las cosas del cuarto y encontre un consolador de control , vaya la rebundancia yo lo habia pedido por que iba a catigar a roxas si descubria que me estaba engañando , tambien en el refrigerador habia ciertas cosas buenas para jugar ,una botella de chocolate liquido y unas fresas .
Me aseque a roxas y le sonrei de manera seductora , agarre el consolador y empese a lubricarlo con mi propia saliba , baje l los pantalones de roxas y empese a meter el consolador , una ves dentro de el lo active para que empesara a vibrar poco a poco y cada ves mas.
Como baje sus pantalones deje al descubierto su pene , le heche un poco de chocolate y le coloque las frutillas , empese a lamerlo poco a poco mordiendo aveces su piel y una que otra ves las frutillas

Miró a Moonkyul con curiosidad cuando le cogió de las muñecas, sorprendiéndose cuando le ató a la cama. No hizo nada por desatarse... después de todo iban a jugar así, ¿no? Un leve rubor continuaba en sus mejillas, que se intensificó cuando vio aquel consolador.

-E-Ehm... ¿q-qué vas a hacer con eso? -preguntó, aunque era una pregunta algo estúpida.

Sus mejillas enrojecieron aún más cuando lo vio lamer aquel aparato, y se tensó un poco cuando le bajó los pantalones. Aún le pasaba, era algo que no podía evitar, pero intentó relajarse para que no le doliera demasiado. Se mordió el labio cuando empezó a introducirlo en su entrada, aún mirándole de reojo. Ya casi se había acostumbrado a Moonkyul, y era más... grande. Así que sólo notaba una pequeña molestía que no tardó en olvidar cuando empezó a vibrar.

-A-Ah... -se le escapó, mientras se retorcía de placer en la cama, todo lo que sus manos atadas le permitieron. Lo notaba vibrar cada vez más, y eso sólo le hacía gemir de manera más frecuente. -A-Ahm... Moonkyul...

Trató de quedarse quieto cuando notó que echaba chocolate en su entrepierna, pero sintió un escalofrío cuando empezó a lamerle... incluso morderle. Se le escapaban pequeños jadeos y gemidos, y sus piernas aún temblaban. Abrió un poco sus piernas, para darle más espacio al mayor.

-M-Moonkyul... ah... ¿me... me das? -preguntó, mirando las frutillas. [b]-Por favor... [/b]-añadió después, abriendo un poco su boca, a la espera de que le diera alguna frutilla, dejando así escapar todo gemido que le provocara.

Recibió el beso de Moonkyul junto a la frutilla, comiéndola después con cierta dificultad debido a los jadeos y gemidos que ansiaban salir de sus labios y ser escuchados por el vampiro. Cuando terminó, sintió un escalofrío provocado por sentir el chocolate en su pecho, suspirando por sus lamidas en sus pezones, aunque tensándose cuando escuchó lo siguiente, sabiendo qué vendría después.

-¡Ahh! -casi gritó cuando los colmillos de Moonkyul se clavaron en su pezón, revolviéndose, incapaz de moverse demasiado por sus manos apresadas, pero se mordió rápidamente el labio, dejando que tomara ahora su sangre y el chocolate de su pecho, sólo mirándole, ahogando gemidos provocados por aquello y por el consolador que aún vibraba en su entrada.

Los gemidos no tardaron en escapar de sus labios, cada vez más intensos, nombrando a Moonkyul en más de una ocasión. Trató de mirar como pudo al mayor, que parecía entretenido con su ombligo... sin esperar que introdujera más el consolador, sacándole casi un grito de placer.

Empezó a jadear, desesperado por recuperar el aire, cuando le quitó aquello de su interior. Lo siguiente no lo esperó, al parecer, iba a introducir algo más. Lo miró, sorprendido al ver la botella de chocolate.

-¿Qué... qué vas a...? Ahhh... -gimió, incapaz de hablar, cuando sintió el chocolate, y sus piernas se separaron un poco más casi como un acto reflejo. Estaba muy pegajoso... -M-Moonkyul... -suspiró, aún sonrojado por escuchar sus siguientes palabras, sonriendo levemente.

Nuevos gemidos escaparon de los labios de Roxas cuando Moonkyul empezó a lamer su entrada, ahora impregnada de chocolate. Sólo podía hacer eso, gemir y retorcerse de puro placer en la cama, incapaz de moverse mucho debido a estar atado. No iba a negarlo... esto le gustaba muchísimo, y no sabía si sentirse mal por ello. Siguió así, llamando al vampiro entre gemidos, hasta que este se detuvo, y lo miró con curiosidad.

Un intenso rubor apareció en sus mejillas cuando lo vio bajarse la cremallera del pantalón y acercarle su miembro para pedirle aquello. Tragó saliva, algo nervioso. Tenerlo tan cerca le hizo desviar la mirada un momento, algo avergonzado. Pero, al mismo tiempo... tenía curiosidad...

-S-sí... -aceptó, volviendo a mirarle, con cierta timidez, aún sin poder creer que hubiera aceptado algo como eso.

No lo pensó más. Lamió la punta, en un pequeño roce, para luego repetir el proceso un par de veces más, con más intensidad, hasta introducirlo lentamente en su boca, como su posición le permitía. Empezó a mover lentamente su boca, hacia delante de hacia atrás, en pequeños movimientos, mientras su lengua lo lamía y su mirada se perdía en algún punto de la habitación.

Instantes después, sus ojos se cerraron, y empezó a mover su cabeza con algo más de insistencia. Aquello empezaba a gustarle. Empezó a succionarlo como si de un delicioso manjar se tratara, aún algo avergonzado, pero se dejaba llevar sin poder evitarlo...

-Mmm... Mmm... -siguió así, sacándoselo de la boca un momento, aunque siguió lamiéndolo. -Moonkyul... ¿está... bien... así? -preguntó, antes de volver a repetir el proceso anterior.

Aquellas sensaciones eran demaciadas , todas las experientaba de diferentes formas , jamas me imagine verme de esta forma simplemente no podia contener aqyulla sensacion que desenvolvia mi cuerpo en ese momento , varios gemidos de mis labios se espacaban poco a poco.
Maldita lujuria que se encerraba en mi en momentos hermosos , simplemente no podia contenerme el deseo que sentia por el en esos momentos , en esos presisos instantes...

Cuando mepregunto solo le sonrei y asenti con la cabesa -Gracias ro-chan -Me aleje un poco de el ya que mi pene ya estaba erecto , me aserque en su entrada y lo penetre de forma rapida mientras le besaba de manera rapida para que no gritara o si lo hacia que lo acallara con mis labios