Reencuentro [Mookyul]

Spoiler:

Habían pasado ya ocho meses desde aquel día. Roxas despertó, y Mookyul ya no estaba ahí. Ni siquiera pudo explicar lo sucedido... o simplemente despedirse. El vampiro no se molestó en coger sus cosas, lo dejó todo en la habitación, incluso el colgante que le regaló a Roxas durante su viaje. Ese colgante seguía en el cuello de Roxas, y jamás se lo quitaba, al igual que el anillo que le dio la noche en que finalmente le confesó sus sentimientos. El rubio no lo había olvidado y, después de lo sucedido, no volvió a hablar con ninguno de sus amigos. No quería saber nada de nadie, necesitaba estar solo. Tampoco volvió a la casa de Mookyul, sólo las primeras semanas, esperando su regreso, que apareciera en cualquier momento y poder hablarlo todo, pero el vampiro no aparecía, y Roxas perdió la esperanza. Volvió a su apartamento y decidió dedicarse únicamente a sus estudios y su trabajo... como había estado haciendo hasta esa noche en la que conoció a Mookyul.

Ocho meses después, Roxas paseaba por las calles de la ciudad. Había sido un día duro; después de las clases, tuvo que ir inmediatamente a trabajar, y estuvo toda la tarde posando para diferentes artistas y fotógrafos. Odiaba como lo miraban, ya no podía soportar ser mirado por ningún hombre, le incomodaba. Después de caminar un rato, decidió detenerse en la plaza, sentado en la fuente. Cogió su mochila y la abrió, para sacar un pequeño sobre. Al mirarlo, sonrió con cierta tristeza. Sus calificaciones habían mejorado desde entonces, pues se centraba en sus estudios para no pensar en nada... para no pensar en él.

-Me pregunto si me felicitarías al verlas... -murmuró para sí, mientras una lágrima tracionera caía sobre el papel. Se secó los ojos rápidamente y guardó sus notas. -Debería volver a casa... se está haciendo tarde... -murmuró para sí.

Pero no se movió de dónde estaba, se quedó ahí sentado, cogiendo el colgante que llevaba en su cuello y mirándolo con una profunda tristeza...

Se encontraba con la cabeza gacha y la mirada perdida, ignorando prácticamente todo lo que le rodeaba, cuando el vampiro pasó por delante de él, muy cerca. Roxas sintió un escalofrío y levantó la cabeza para mirar a la persona que había pasado, fue entonces cuando su corazón pareció pararse por un instante y parpadeó varias veces, dudando. ¿No era ese Mookyul? Se levantó sin dudarlo y corrió tras él.

-¡Espere! -lo llamó, aún corriendo tras él.

Se había quedado muy atrás, pero el mayor caminaba más despacio, por lo que pudo alcanzarlo y ponerse delante él. Cuando lo vio, su corazón volvió a detenerse, para luego latir muy, muy deprisa. Dudó durante varios instantes, y no dijo nada, demasiado sorprendido y a la vez inseguro; Mookyul se veía diferente con esa ropa tan elegante y ese peinado, por lo que Roxas seguía sin estar completamente seguro de que fuera él, simplemente no creía que hubiera pasado delante de sus narices y no le hubiera dicho nada. ¿Tal vez... se había olvidado de él? Ese pensamiento le hizo sentir una fuerte y dolorosa punzada en el pecho. No, no podía ser... él fue importante para Mookyul, ¿no? Pero después pensó que, tal vez, el vampiro quiso olvidarlo.

Sus labios se abrieron, pero ningún sonido salió de ellos. Lo intentó varias veces hasta que, finalmente, lo consiguió:

-¿Mookyul? ¿Eres... eres tú? -preguntó con voz temblorosa.

Roxas bajó la mirada, algo decepcionado, al escuchar la respuesta del vampiro, al igual que sorprendido. Mookyul jamás le dijo que tenía un hermano gemelo. Suspiró. Era de esperar que no apareciera delante de él así como así... después de todo, Roxas estaba convencido de que Mookyul lo odiaba y que no querría volver a verlo jamás. No respondió a la pregunta "Malthus", sólo agachó un poco más la cabeza y estuvo a punto de negarse a él con él, hasta que le dijo que acababa de hablar con Mookyul. Levantó la cabeza y lo miró con cierta timidez, sin atreverse del todo a aceptar. Pero, tal vez, así podría saber cómo estaba el que fue un día su novio... y estaba convencido de que sería la única forma de averiguar si Mookyul estaba bien.

-Yo... soy Roxas. E-Encantado... -respondió, desviando la mirada, aún sin atreverse. -Hum... está bien... -aceptó finalmente.

Caminó al lado del vampiro, aún con la cabeza gacha, sin sentirse capaz de decir nada de Mookyul. Miraba a "Malthus" varias veces y abría un poco la boca para hablar, pero rápidamente la cerraba y continuaba en silencio. Había pasado tanto tiempo... sabía que Mookyul no lo perdonaría, pero, al menos, quería saber cómo se encontraba.

-Mookyul nunca me dijo que tenía un hermano... -fue todo lo que comentó.

Se limitó a asentir por la respuesta del vampiro, pensando que tal vez esa era una buena razón. Puede que porque no siempre se llevaran bien, Mookyul no le comentara nada, aunque, ahora que lo pensaba... no sabía mucho sobre Mookyul, no tuvo tiempo de conocer más sobre él, aunque tampoco tenía el valor de preguntarle, y tal vez Mookyul nunca le hubiera querido responder. Pero eso ya no lo sabría nunca, por mucho que le doliera pensar en ello.

Caminó al lado de "Malthus" en completo silencio, sin desviar la mirada del suelo, ahora algo decaído a la vez que tímido, hasta que llegaron al bar. Tomó asiento, viendo las copas de vino que pidió el mayor después, pero dispuesto a no tomar ni una gota. Alejó un poco la copa de él y lo miró cuando escuchó su pregunta, sin saber qué responder exactamente, agachando la cabeza. Aunque una triste y nostálgica sonrisa apareció en sus labios cuando mencionó el comportamiento de Mookyul. Con él, fue diferente...

-No... no somos nada... Ya no. -respondió. -Él debe de odiarme, seguro que no quiere verme, pero... me gustaría encontrarlo y hablar con él, aunque fuera por última vez...

Volvió a agachar la cabeza, sintiéndose abatido. ¿De verdad se conformaría con verlo una última vez? No. No podría soportar tenerlo delante y que no lo abrazara ni besara... lo echaba de menos, pero sabía que si se volvían a ver le diría palabras llenas de odio, palabras que merecía por todo lo que ocurrió aquel día. Y, tal vez... Mookyul ya hubiera encontrado a otra persona. Esa idea le hizo sentir una fuerte punzada en el pecho, pero sabía que era muy probable. Alguien mejor que él, más fuerte, más atractivo... Roxas estaba convencido de que a Mookyul no le habría costado nada encontrar a alguien así.

-Él fue muy bueno conmigo... -murmuró después, sonriendo débilmente. -Era dulce, amable, atento... nunca nadie fue así conmigo, no de esa forma tan sincera como él... -confesó, agachando un poco más la cabeza, cerrando fuerte sus ojos. -Lo echo de menos... -añadió muy bajito, casi para él.

Respiró profundamente, tratando de calmarse, y miró a "Malthus" con una falsa sonrisa, para luego volver a desviar la mirada.

-¿Cómo está Mookyul? Hace meses que no sé nada de él...

Se sintió realmente mal al escuchar lo que le dijo de Mookyul, pensar que estaba así por su culpa le hizo sentirse miserable. Agachó aún más la cabeza, incapaz de mirar al mayor, incapaz de decir nada. No había disculpas válidas, había hecho daño a Mookyul, e imaginarlo así le rompía el corazón. Si pudiera verlo, hablarlo... aunque no volviera a verlo, quería saber que se sentía mejor. Una pequeña lágrima traicionera abandonó sus ojos y se deslizó por su mejilla. Necesitaba ver a Mookyul, ahora más que nunca...

No esperó lo que ocurrió después, y le sorprendió tanto la acción de "Malthus" que no pudo soltarse. Lo miró cuando lo encerró en el baño y acorraló en la pared, confundido, sin entender qué ocurría... hasta que lo besó. Roxas se revolvió, tratando de librarse de él, pero no tardó en cerrar los ojos y dejarse besar sin más. Pensó que besaba igual que Mookyul, y por unos segundos, fantaseó con que era él quién lo besaba, que todo había terminado, que le había perdonado y podrían volver a estar juntos... y así fue para Roxas hasta que se separó.

-Mookyul... -suspiró, abriendo los ojos y encontrándose con él.

Lo apartó de un empujó y se llevó las manos a los labios, ocultándolos. ¿Por qué lo había besado? No entendía nada, no lo conocía, aunque era igual que Mookyul, no era él... no podía permitir que lo besaran; después de lo que sucedió con Jack, no volvió a permitir que nadie lo tocara, y menos aún besara. Y, ahora, otra vez... Se sintió sucio, despreciable. Mookyul debería matarlo en esos instantes, o eso era lo que Roxas pensaba.

-¿Por qué... has hecho eso? -preguntó, llevando ahora las manos a su pecho, con dolor. -No... no quiero que nadie me toque, no quiero que nadie me bese. ¿Por qué lo has hecho? Yo... fui... alguien para tu hermano... -confesó, sujetando ahora su colgante. -No he podido olvidarme de él, ni tampoco he querido... no quiero besar a nadie que no sea él, no quiero que nadie me toque si no es él... por mucho que se parezca...

Desvió la mirada, sabiendo que tenía razón. Le había respondido, se había dejado llevar... pero era exactamente igual que Mookyul, besaba incluso igual, ¿cómo no iba a dejarse llevar? ¿Cómo no iba a querer creer que era él durante unos segundos, después de tantos meses extrañándolo? Pero no podía hacerle eso, Roxas estaba convencido de que no podía hacerle eso a "Malthus", no podía utilizar a las personas, a él jamás le gustó eso. Por eso negó una y otra vez con la cabeza... hasta que vio cómo el mayor se revolvía el pelo hasta dejarlo como Mookyul siempre lo había llevado. No pudo evitar quedarse mirando, queriendo llorar. Era él. Era exactamente igual que él.

No pudo decir, nada, volvió a dejarse besar, cerrando los ojos, sintiendo una nueva lágrima caer de sus mejillas. Lo echaba tanto de menos, estaba tan desesperado por volver a sentir sus brazos rodearle, que no le importaba ya nada. Podía fingir que esa persona era su amado vampiro, claro que podía hacerlo, aunque fueran sólo unos minutos. No esperó sentir su mano en esa zona tan sensible, y ahogó un gemido entre sus labios, mientras se abrazaba a ese cuerpo con fuerza y desesperación.

Al separarse, sólo jadeaba y gemía, muy sonrojado y con los ojos entreabiertos.

-Mookyul... -volvió a decir en un suspiro. -¿Por qué...? Yo... hice daño a tu hermano... deberías odiarme... -añadió. -¿Por qué lo haces? Te estaré utilizando... eso... no está bien...

Acarició levemente su mejilla, observando ese rostro tan familiar... y no pudo evitarlo: lo besó. No recordaba que hubiera besado jamás de esa forma tan apasionada y desenfrenada, no había podido controlarse, y tuvo que separarse para recuperar el aire, respirando agitadamente. Volvió a mirarlo y se acercó a su oído, sintiéndose horrible por lo que iba a pedir.

-Por favor... di que me quieres... -susurró a su oído. Quería volver a escuchar esas dos palabras, las echaba tanto de menos... -Hazme todo lo que Mookyul haría... por favor...

Las palabras el vampiro, dichas frente a él, mientras lo miraba a los ojos, dejaron completamente mudo a Roxas. Recibió su beso, cerrando los ojos, dejándose llevar. Te amo, hacía tanto tiempo que no escuchaba esas palabras, las había echado tanto de menos... Sabía que hacía una locura, dejándose besar y tocar por un completo desconocido... un completo desconocido que era idéntico a la persona a la que amaba. Pronto olvidó todo eso, y respondió a su beso con la misma pasión, separándose para poder respirar, mirando sus pantalones ahora bajados. Desvió la mirada, algo avergonzado de estar así y de estar haciendo algo como eso en un lugar público... pero en esos momentos nada podía hacer que se detuviera; necesitaba tanto creer en aquella mentira, aunque fueran unos minutos...

-Mookyul... -volvió a suspirar, con un deje de tristeza. -Yo... también te amo... No he podido olvidarte. Te necesito...

Volvió a abrazarse al mayor, besando su cuello con dulzura y pasión al mismo tiempo, ahogando suspiros, cada vez con más necesidad. Se separó, casi sin darse cuenta de lo que hacía, y se deshizo del resto de su ropa, enrojeciendo aún más por eso. Lo besó una vez más, continuando después los besos en su mejilla, hasta su oído.

-Vuelve... vuelve conmigo... -suplicó en susurros.

Las palabras del vampiro sorprendieron a Roxas, que lo miró confundido. ¿Entonces, quién demonios era? Cuando continuó, antes de que lo dijera, ya lo sabía. Mookyul. ¿Por qué le había mentido? Recibió ese fuerte abrazo, sintiendo como si su corazón se hubiera detenido, y sus lágrimas caían sin que pudiera detenerlas, más aún cuando le recordó lo que había ocurrido con Jack. No le había perdonado... pero ahora era su oportunidad de hablar las cosas, al menos que supiera lo que realmente pasó. No podía permitir que todo lo vivido terminara así, no. Mookyul le importaba demasiado para eso.

-Mookyul... no... no es así, las cosas no fueron como tú crees... -murmuró débilmente, separándose un poco para mirarlo. -Ese día... me hizo beber... ¡sé que no es excusa! pero... me sentía muy mal, estaba mareado... dijo que iba a llevarme a habitación... no pensaba que haría algo como eso. Es mi amigo, confiaba en él... Quise quitármelo de encima como pude... pero ni siquiera podía moverme en condiciones... -explicó, entre sollozos. -Yo... sé que sigue sin ser excusa, que el daño ya está hecho... pero sólo quiero que sepas... que yo jamás te sería infiel. Te amo, te amo más que a nada, Mookyul. Sufrí demasiado por tí como para perderte de forma tan estúpida...

Sabía que no era suficiente, de modo que se separó y recogió su ropa para vestirse, con la mirada fija en el suelo. Sólo cuando ya estuvo vestido miró al vampiro con una triste sonrisa.

-Te ves bien cuando te arreglas. Quiero decir... más aún. -susurró con timidez. -Me ha alegrado verte... aunque sea por última vez.

Las palabras de Mookyul hicieron sonreír a Roxas, pero, al mismo tiempo, le hicieron sentir una dolorosa punzada en el pecho. ¿Amigos? Sólo eso... pero Roxas sabía que era mucho más de lo que merecía después de lo que hizo. Podría ver a Mookyul, no podría abrazarlo, ni besarlo... pero podría verlo de vez en cuando. Y, después de lo que ocurrió, Roxas no había vuelto a saber de sus amigos, de modo que el vampiro sería ahora su único amigo. Al menos, el único en el que confiaba.

-Sí... es lo mejor... -respondió con una débil sonrisa. -Podemos ser amigos...

Fue hasta la puerta del baño, abriéndola, comprobando que, evidentemente, no había nadie. Habrían pensado cosas extrañas si le hubieran visto salir del baño con otro hombre, y además... aún sus mejillas estaban algo sonrojadas por lo ocurrido. Volvió a mirar a Mookyul.

-Supongo que debería irme ya a casa... -murmuró. -Sigues... ¿sigues teniendo mi número? Puedes llamarme cuando necesites hablar, o algo... ya sabes... cosas que hacen los amigos.

Aunque, la verdad, era que Roxas nunca solía responder a las llamadas de sus amigos. Pero con Mookyul haría una excepción. Excepción de la que el mayor no tenía por qué darse cuenta...

Spoiler:

Roxas no iba a confesarlo, pero se alegró de que el vampiro lo retuviera, y no dudó en asentir con la cabeza cuando le sugirió ir a su departamento a hablar. No le importaba si llegaba tarde a casa, sólo quería estar con él un poco más. Lo que no le gustó saber era que se marcharía de nuevo, a España... no iba a quedarse aquí mucho tiempo, sólo unos meses. Pero no dijo nada, sólo agachó la cabeza tratando de ocultar la expresión de su rostro.

No esperó que Mookyul tirara de él, pero igualmente lo siguió, guardando silencio durante todo el trayecto en taxi hasta el hotel. Al llegar, tomó asiento, a una distancia prudencial del vampiro. Después de todo, ahora eran sólo amigos. Se limitó a negar con la cabeza cuando le preguntó si quería algo. Se sentía nervioso, podía ver sus manos temblar, y las escondió rápidamente entre sus piernas, aún con la cabeza algo gacha.

-Pues... he seguido trabajando. Me va bien, aunque me llaman más a menudo... -comenzó. De hecho, a veces tenía que faltar a clases, pero aún Jason se molestaba en llamarle para decirle la tarea del día. -Hum... y en clases... he mejorado mis calificaciones. -hizo una larga pausa, dudando de lo que iba a decir. -Vivo en mi apartamento, me llevé las cosas de tu casa así que... puedes vivir allí durante los meses que estés aquí. No consideré que debiera vivir allí, no es mi casa, después de todo...

Suspiró disimuladamente y levantó la cabeza para mirar a Mookyul, tratando de sonreírle con tranquilidad. Podían ser amigos, podía conformarse con eso... Roxas no dejaba de repetirse que debía incluso agradecer al mayor que quisiera ser su amigo después de todo lo ocurrido.

-¿Cómo te ha ido a tí? Muchos negocios, por lo que veo...

No le gustó escuchar a Mookyul decir que había enfermado, y lo miró con preocupación, ni tampoco le gustó saber que había tomado una sangre humana que no era la suya, pero pronto se dio cuenta de la estupidez que había pensado. ¿Cómo iba a pretender que bebiera su sangre y nada más? Era absurdo, y por suerte no manifestó algo así en voz alta. Aún así, seguía preocupado por la salud del vampiro, y se vio obligado a decir algo entre tímidos susurros:

-Ten más cuidado...

Se limitó a asentir cuando escuchó el teléfono del mayor, y escuchó la conversación en silencio. Al parecer, sí seguía con esos... "negocios" y, aunque nunca se lo dijo, a Roxas no le gustaban, pues siempre parecía que la vida de Mookyul estaba en contínuo peligro, y eso le preocupaba. Pero Mookyul siempre fue libre de hacer lo que quisiera, más ahora que eran solo amigos, de modo que guardó silencio hasta que colgó y le preguntó aquello. Suspiró.

-No. -respondió con sinceridad. -He estado demasiado ocupado para esas cosas. -O, más bien, se había forzado a estar ocupado prácticamente las 24 horas del día. -Y tampoco tengo interés. -"No si no es contigo", pensó para sí.

En realidad, no había tenido relación de ningún tipo con nadie, pues ni siquiera veía a sus amigos, en especial a Jack, al que había evitado por todos los medios. Este, que sabía dónde vivía Roxas, había ido a su casa y llamado a la puerta en varias ocasiones, pero el rubio jamás abría. Pese a ello, no fue algo que le dijo a Mookyul, había algo que quería decirle que era más importante que eso.

-Si tienes trabajo, deberías ir. No me gustaría que tuvieras problemas por mi culpa. -le dijo, aún algo nervioso. -Podemos vernos mañana, si quieres. No tengo clases, y sólo trabajo al mediodía.

Pero había otra pregunta más que rondaba su cabeza, una más importante y de la cual no sabía si quería conocer la respuesta, pero, igualmente, la hizo.

-¿Qué hay de tí? ¿Has... conocido a alguien?

La forma en que hablaba tímidamente me daba a conocer que en realidad estábamos más que iguales en las situaciones, como es que podía seguir hace de ciego ante él , seguir de esta forma algo idiota …le amaba y por qué le amaba deseaba tenerlo cada vez más cerca de mi , como es que mi egoísmo podía ser tan fuerte , tan decadente .
Las preguntas me tomaron por sorpresa asi que me limite a sonreír y contestarlas –En realidad no son muchos las cosas que tengo que hacer pero luego las atenderé para eso le pago a ese takuma y hablando de la otra pregunta que acabas de hacerme ..la respuesta es un no rotundo , se que muchos diran que me meto mucho en mis negocios pero de igual manera no he tenido el tiempo suficiente y no creo tenerlo por ahora-Susurre –Ya que dices que nos podemos ver después …esta bien te recogeré en las afueras del teatro-Sonrei de forma dulce



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