Un par de copas. -Libre-

No tenia intencion alguna de volver a casa todavía. Habia recién salido del despacho despues de pasar toda la tarde y buena parte de la noche frente a su ordenador sin poder escribir ni media palabra. Su cabeza estaba en otro lado, o simplemente la inspiracion se había agotado.
Decidió pues ir a dar una vuelta a pie. Dejó aparcado el coche en una acera paralela a su oficina y dio rienda suelta a sus pasos que le llevaron a lo mas profundo de los suburbios.
Jamás había estado por allí, y se notaba pues recorría todo con mirada extrangera y rogaba a "dios" encontrar algún lugar donde poder descanzar un minuto.
Un par de minutos tuvieron que pasar antes de que sus "plegarias fueran escuchadas" y apareciera delante de él un garito de mala muerte con mas aspecto de cantina que "bar" como relucía un letrero en la entrada.
Eiri no era de los tipos que frecuentara aquellos lugaras, pero en vista de no haber encontrado nada mejor y, las ganas que le habian entrado de un trago decidió ingresar y pedir un vaso de vodka.

Tomo su copa entre sus dedos y dio un corto trago. Iba a pedir un cenizero al cantinero que le había servido, pero un alboroto en la parte de atras del lugar le habia quitado la atencion de aquel empleado.
Se giro levemente para poder enterarse de quien hacía tanto escándalo y pudo ver a un hombre algo alborotado por el licor maltratando a un perro?; no, no era un perro era un lobo, pero que mas daba, estaban lastimando a un animal que poco y nada podía defenderse.
Quizo ir a prestar ayuda, pero antes de que pudiera ponerse de pie el cantinero ya había puesto orden. El hombre se retiró maldiciendo a todo mundo y el barman regresó a sus labores.
Las cosas parecían volver a normalidad, excepto por una cosa; el lobo, estaba herido y aun continuaba en aquel bar sin que nadie le prestara atención.
Estuvo varios minutos mirándole, desde lejos, dudando en acercarse, pues a pesar de que siempre había sentido especial atraccion y afecto por los animales, aquel lobo no era muy amigable por lo que se veía y no tenia intencion alguna de salir lastimado.

Bebió de un trago el contenido de su vaso y resignado a que no podía pasar por alto el estado de aquel animal se acerco hasta él... despacio y con movimienos suaves.
Se agachó para quedar a su altura y acariciándole la cabeza con delicadeza le habló con voz calmada. -Estás bien amigo??- Sus ojos frios de pronto se volvieron cálidos y un aura casi dulce le rodeaba. -ese hombre al parecer te ha lastimado... déjame verte si?, parece que tienes una herida.- Intentó revisarlo, pero siempre teniendo mucho cuidado.
Sabia que la gente le miraba, pero en ese momento, lo que menos le importaba era que pensaran de él.

Con mucho cuidado buscó entre el pelaje del lobo las yagas que sangraban de manera alarmante. Pudo notar en la mirada del animal su dolor. Algo le estremecía... siempre habia sentido una especial coneccion con los animales, aquellas criaturas nobles y sinceras que no temían entregarse por completo a quien les tratara bien y de la misma forma atacaban sin piedad al que le quisiera hacer daño.
Miró para todos lados, no sabía a quien pedir ayuda, pues a nadie le interesaba y eso le hacia herbir la sangre.

Lo miró un tanto angustiado y casi con la voz quebrada trato de ganarse la confianza del lobo.
-Pequeño... estas muy mal herido, tengo que sacarte de aquí, pero para poder hacerlo debo cojerte en mis brazos y eso va a doler.- Aquello lo dijo apesadumbrado. Sentia sin tener las yagas del animal su dolor y estaba preoupado.
-Vamos... solo va a ser un momento.- Se le acercó un poco mas y con tanta delicadeza como pudo lo cojio entre sus brazos, apoyandole la cabeza sobre su hombro.
Se puso de pie muy lentamente y comenzo a caminar despacio, no queria causarle mas sufrimiento al pobre lobo, pero sabia que si queria salvarle la vida tenia que moverse, y rápido.

Quedó en completo estado de shock. Jamás se hubiese imaginado que en sus brazos tenía un chico. Aquello le molesto a sobremanera. Se sintio estúpido y no sabía muy bien que hacer.
Tenía en sus brazos un chico desmayado, desnudo y desmayado. Genial..eso era genial.. En ese momento recordó por que era de los que no prestaba ayuda a nadie.. siempre terminas en un lío.
Intentó despertarle, pero no reaccionaba. Estubo tentado a dejarle abandonado en aquel bar, pero sabía que no duraría ni un segundo solo en esas condiciones.
Se maldijo, y maldijo tambien al chico lobo pues realmente le habia engañado.
Lo que susurraba eran cosas que no entendía muy bien, pero dedujo que estaba algo "ido".
Muy a su pesar, decidio cubrirlo con sus brazos, pues aun lo sostenia, y salir cargándolo de alli. No tenía intención alguna de llevarse a un mocoso a su casa, pero ya se habia metido en ese embrollo y debia asumir las concecuencias por muy desagradables que fueran.
-Te llevare a mi casa, curarás tu heridas y te largaras.- Fue todo lo que dijo antes de salir del garito rumbo a donde tenia el carro.

No entendia muy bien lo que el otro decía y en realidad no le importaba demaciado. Solo queria librarse de ese chico para estar nuevamente en paz.
Salieron del local rapidamente. Todos los miraban y a Yuki eso no podía importarle menos.
Se dirigió rápidamente hasta donde tenía su carro sin detenerse nisiquiera para recobrar el aliento. staba algo cegado por la sorpresa y la confución.
Escuchó su voz nuevamente y bajo la vista para fijarse en aquella mano, mas bien en la pata que tenia sobre el pecho. Si que era extraño todo eso y mas extraño aun era estar justamente él metido en esa clase de líos.

No quizo decir nada y simplemente apuro el paso. Una vez llegado al lugar donde tenia su auto con cuidado, pero no tanto como antes abrió la puerta del copiloto y metio al chico dentro cerrandola con un golpe. Subió luego él y despues de dar un fuerte portazo apoyo las manos en el volante y dejo descanzar alli su frente. Necesitaba poner las ideas en orden, un respiro. Todo eso era por lo bajo, extrañisimo.

Despues de unos minutos en los que mantuvo los ojos cerrados recordó que tenia a un chico, lobo, o lo que fuera moribundo a su lado. Tenia que hacer algo.
-no te vayas a morir... no vivo tan lejos de aqui.- Fue todo lo que dijo intentando no mirarle, pues cada vez que veía esos rasgos animalisticos en el otro sentia una precion en el pecho.
Puso en marcha el carro y encendio la calefaccion, no supo bien por que, pero le dio la idea de que aquel muchacho tenia frío.

Lo ignoro completamente. No es que le desagradara charlar, es que no tenia la mas minima intencion de entablar una conversación con ese chico, o con quien fuera.
Aceleró tanto como pudo y al detenerse en un semáforo en rojo le echo un vistazo al chico dandose cuenta de lo grave de sus heridas.
Se quieto la chaqueta y lo cubio con ella, luego de "inventarse" un vendaje con una bufanda de seda que tenia en la parte de atras del carro.
-Oye...oye... no te duermas..ya casi llegamos.- Sentia que la vida de ese crio se le iba de las manos y tenia que hacer algo pronto.
No le intereso mucho si los semáforos que seguían daban verde o no, él solo avanzo tan rápido como su auto se lo permitio hasta que al fin llegaron a su apartamento. Se estacionó en el subterraneo y se bajo muy de prisa. -Estamos ya en mi casa, déjame ayudarte a bajar.- lo cojio nuevamente en sus brazos, esta vez envolviendolo con su chaqueta y subio al ascensor marcando el piso 15. Estaba algo nervioso y es que no todos los dias tienes la oportunidad de cargar en tus brazos a un chico medio muerto.

Llegaron a la puerta de su apartamento y con mucha dificultad saco la llave de su bolsillo y entró dando un enorme portazo.
-Vas a quedarte aqui mientras voy por mi botiquin.- Lo dejo recostado en un gran sofá de cuero negro y se marcho rumbo al baño para buscar las medicinas y vendas que necesitaria.

No tardo demaciado en volver del baño cuando vio al chico de pie, haciendo esfuerzos sobre humanos por mantenerse erguido. -Pero que cojones haces?!! Le grito exaltado acercándose a él con el botiquin en la mano. -Estas herido y muy gravemente! asi que no me hagas esto vale?.. si te mueres no sera en mi casa.
Lo cojio en sus brazos con mucha facilidad y se lo llebo a su cuarto, que estaba ahora mas cerca.
Lo deposito con mucho cuidado sobre la cama, dejando que las blancas ropas de esta se cubrieran de rojo..un rojo sangre.
-Tienes dos heridas muy profundas y hay que detener la hemorragia, asi es que te vendare muy apretadamente y me vale un cuerno si te duele.- Sonaba rudo, pero es que no sabia comunicarse de otra manera con las personas.

Tomo despacio el desinfectante y empapo con este un par de gasas, las cuales paso muy despacio por las heridas del albino.
Notó que le dolia por su ceño fruncido y tratando de no ser tan "Yuki Eiri" intento calmarle.
-Vamos.. ya queda poco, aguanta si?- Continuo limpiando ambas heridas hasta que ya el sangrado aparentemente habia frenado. Ya era hora de colocarlas vendas.

Al fin termino de vendarle y ya se veía mas tranquilo... no respondio a su pregunta y se limito a guardar las cosas, pero rapidamete las dejo tiradas. El chico se veia sustado... es que tan mala persona parecia? No entendia muy bien que pasaba, pero si sabia bien lo que se sentia el no querer que alguien te toque.
De seguro el albino cargaba una cruz muy pesada, algo parecido a él. Parecido a él? dios.. estaba ya sintiendo ganas de que aquello terminara. Queria irse, sacar a ese joven de su casa y de su vida, pero verle asi le dejaba intranquilo. No sabia por que, pero sintio la necesidad de hacer algo.

Lentamente se fue acercando, hasta ya estar frente a él. Lo rodeo con sus brazos y lo acurruco contra su pecho muy protectoramente.
-Soy Eiri Yuki... solo un hombre que quiere que estes bien. No voy a hacerte daño asi que por favor no te pongas mal.- Su voz sonaba tranquilizadora aunque sabia que eso no ayudaria mucho, tenia que calmarlo..hacerle saber que no era quien le aterraba... esta a salvo allí al menos por ese día.

Intento dejarle de forma sutil, pero la desesperación del albino fue mas rapida dejando como concecuancia un largo rasguño bajo el ojo izquierdo del rubio quien dolorido retrocedio en el acto mirándole incrédulo antes de llevarse la mano a la herida para poder limpiarla.
No entendia bien que estaba pasando, pero sabia que no era buena idea seguir su instinto de correrle a golpes de su casa. El pobre chico estaba mal... estaba herido y no solo en su cuerpo.

Le escuchó atento dandose ya por enterado de lo que sucedía. Los viejos traumas del pasado estaba atormentando al muchacho y nada se podía hacer... Cómo ayudar a alguien asi de atormentado si él mismo muchas veces se encontraba de la misma forma?.
No podía dejar de mirarle, sus propios demonios se estaban apoderando de su mente y solo los gemidos doloridos del otro le mantenian conectado a la realidad.
Se acercó, pero con cautela y hablo con un tono de voz firme, pero delicado.
-Tranquilizate... no voy a hacerte daño.. y si no quieres que te toque no lo haré...- Avanzo unos cuantos pasos hasta él y le extendio la mano. -Vamos, solo recuestate en la cama y descanza. Tus heridas son serias y pueden volver a sangrar.- Se quedo alli, esperando que aceptara su mano o al menos diera una señal de comprenderle. -No tengas miedo... solo quiero que te recuestes un rato.. yo esperare en la sala.- Clavo entonces sus ojos en los rojos contrarios con la esperanza de obtener una respuesta positiva.

Lo siguio hasta que este estuvo recostado. Lo cubrio rapidamente con las colchas de la cama pues su cuerpo desnudo estaba demaciado frio y se sento a su lado soltando un debil suspiro.
En realidad no se habia puesto a pensar hasta ese momento por que habia decidido ayudarle y, aunque la respuesta era algo cruda, era sincera.
-Te ayudé por que creí que eras un animal indefenso.-
Como un acto robotico saco de su bolsillo un cigarro y lo coloco en sus labios, busco su mechero y encendio la llama, pero no prendio el cigarrillo..
-Te importa si fumo? necesito nicotina..- lo miro de reojo para interrogar.

En cuanto no obtuvo negativa encendio el cigarro calandolo profundamente; dejo que humo invadiera sus pulmones reteniendolo lo mas que pudo y antes de hablar lo solto en una bocanada. -No he dicho que seas nada, asi que no pongas palabras en mi boca...- Hizo una pausa para volver a calar el cigarro. -Odio que hagan eso.-
Se tento a acariciar su espalda al oirle quejarse, pero algo en su semblante habia cambiado. No es que le dejaran de importar sus heridas, pero al saber que no estaba ayudando a un animal hizo que "la pared" que siempre ponia entr él y los demas se hiciera mas gruesa.

Lo miró, por unos segundos pensando en la respuesta mas franca y menos hiriente posible... no hubo ninguna que cumpliera ambas condiciones asi es que tomo la opcion de ser sincero.
-Me diste lástima.- Volvio a posar el cigarro en sus labios, aspirando suavemente el tabaco para luego con mucha tranquilidad ir haciendo argollas con el humo que salia de su boca.

Termino de fumar el cigarrillo en completo silencio. Dejo que el chico se descargara y dijera lo que quisiece. No espero tan reaccion, pues generalmente cuando soltaba un comentario así le gritaban en la cara lo frio o cruel que era, pero el "lobito" lo habia tomado de forma diferente... eso lo hacia especial?; tal vez quienes han pasado por un trauma como el que él mismo cargaba en la espalda se vuelven mas tolerantes a las cosas crueles.

Tiro la colilla lejos y volvio la vista al albino, quien parecia dormir placidamente. Una pequeñisima sonrisa se formo en sus labios. La exprecion dolorida de su rostro se habia apagado dejando una tranquila y dulce.
Se levanto de la cama, sin hacer ruido para no despertarle y partio rumbo a la cocina. No tenía hambre, pero supuso que su "huesed" despertaria con apetito...
No acostumbrava a cocinarle a nadie, pero no le desagrado la idea de hacerlo para Amir.
Cojio los utencilios de cocina y encendio la estufa mientras seleccionaba las cosas... prepararía un poco de sopa y algo de arroz. Asi cuando el lobito abriera otra vez sus ojos tendria comida caliente para reponerse mas pronto.

Cuando cocinaba se concentraba de tal manera que podia pasarle un camion por ensima y él no se inmutaría.
La comida estaba casi lista y comenzo a acomodar todo en una bandeja. Le llevaria de comer a la cama. Que le pasaba a Yuki Eiri?? en ese momento no lo sabía, pero hasta entonces no le resultaba desagradable atender al chico que estaba en su habitacion, al menos eso creía él.
Cuando se dio la vuelta y vio parado a Amir en la puerta casi le dio un infarto. Sus ojos se abrieron de par en par y en su cara una expresión algo asustada se formo. -Que caraj...?!!! ohh..ya despertaste.- Dijo ya mas repuesto.
Le escuchó mientras pasaba las cosas dela bandeja a la mesa de la cocina. En verdad pensaba que le pediría algo?. Bueno, quizas en otras circunstancias hubiese pedido algo sexual, pero ahora, no le interesaba liarse con nadie.

Lo miró de pies a cabeza. -Puedo pedirte lo que sea, no?- Dejo ya todo bien puesto y se sento dejando el lugar del chico con la comida servida.
-Bien...quiero que entres en mi cuarto, abras el armario, saques algo de ropa, la que mejor te quede... luego vengas aqui y comas algo.- Era simple, pero solo eso queria que el chico hiciera... tal vez luego se le ocurriria otra cosa.