Dolor, desesperación... amor [Moonkyul]

Spoiler:

La lluvia comenzó a caer, y aunque primero fueron sólo unas gotas, pronto llovió con algo más de intensidad. Aún así, Roxas permaneció dónde estaba, abrazándose con más fuerza, sin dejar de llorar. Después de todo, ¿qué importaba, si Moonkyul no estaba para decirle que no lo hiciera?

Miró hacia uno de los charcos que se habían formado ya en el suelo, dónde podía ver su rostro, aunque algo distorsionado por las contínuas gotas que caían. Ese era el rostro de nadie, de alguien que estaría siempre destinado a estar solo. No merecía el amor de nadie, un ser insignificante como él no merecía recibir algo tan grandioso de nadie. Ni sus padres, ni Moonkyul... ni siquiera sus amigos. Una idea ya conocida pasó por su cabeza. Si... acabara con todo... nadie le echaría de menos. Sus padres no se enterarían, y estaba convencido de que Moonkyul tampoco, y de que tampoco sufriría si llegara a enterarse. Sus amigos... él sabía perfectamente que su actitud en los últimos días estaba haciendo que poco a poco se cansaran de él, y lo entendía, ¿quién podría aguantar a alguien como él?

Se llevó la mano al rostro poco después, tratando de razonar, de pensar en que aquel pensamiento había sido una completa locura. Rió, débil y amargamente. ¿Cómo podía pensar siquiera en el suicidio? Era absurdo, y patético. No podía depender tanto de alguien que sólo lo había maltratado física y psicológicamente día tras día... y que después lograba hacerle creer que lo amaba... Levantó su cabeza y cerró los ojos, tratando de serenarse así, dejando que el agua cayera sobre su rostro. Pero no tuvo ese efecto...

No tardó en levantarse, y echó a caminar, lentamente, no tenía ninguna prisa, en realidad. En su rostro podía decirse que no había expresión alguna, y de vez en cuando una leve sonrisa que no auguraba nada bueno. Y así era, en cuestión de minutos, llegó al bosque. Lo atravesó, tratando de recordar el camino, y finalmente llegó al lago. Fue justo al lugar en el que estuvo por última vez hace un par de días... dónde conoció a Moonkyul, cuando este lo violó sin ningún miramiento. Aquí era dónde, sin saberlo, había vuelto a nacer...

Ahora lo tenía claro. ¿Cómo iba a volver a su antigua vida? No quería volver a encontrarse solo en aquel pequeño apartamento, esta vez pensando en Moonkyul una y otra vez, sintiendo que su corazón trataba de regenerarse y se rompía de nuevo. Era demasiado doloroso para soportarlo... y todo carecía de importancia en esos instantes. Así que... no lo pensó más.

Volteó, quedando de espaldas al lago, extendiendo sus brazos. Cerró los ojos, y respiró profundamente. El agua debía de estar helada... aunque eso era lo menos importante. Iba a desaparecer de una vez por todas, nadie lo encontraría... aunque nadie se molestaría en buscarlo.

-Moonkyul... -fue lo último que dijo antes de dejarse caer al agua.

Se quedó así, con su cuerpo flotando sobre el agua helada durante varios minutos. Cerró los ojos, tratando de dejar su mente en blanco, pero le resultaba imposible. Los recuerdos de Moonkyul, su rostro, su voz... incluso su olor, todo lo que estaba relacionado de él pasaba por su mente, confundiendo sus sentidos y haciéndole sentir un terrible dolor en el pecho, que hacía que olvidara incluso la temperatura del agua. Suspiró. No podía sentirse así por alguien para quién no valía nada, ya lo sufrió con sus padres... Simplemente, no estaba hecho para recibir el cariño de nadie.

Se sumergió en el agua y buceó todo lo que su cuerpo le permitió, hasta que no pudo aguantar el frío ni la respiración y salió a la superficie, dejándose caer después sobre el cesped, temblando ahora de frío. Estaba helado, pero no le importaba. Nada le importaba, en realidad. No pensaba volver a su apartamento, ni tampoco a casa de Moonkyul, no podría soportarlo, además de que estaba convencido de que el vampiro no querría verlo ahí. Sólo se quedaría ahí, hasta que se sintiera con fuerzas suficientes de seguir adelante...

Cerró los ojos, mientras que la lluvia seguía cayendo sobre él. Se sentía aún más débil, y patético... Sintiéndose así por alguien que estaba seguro que no pensaría en él nunca más. Abrazó su cuerpo con fuerza, como si así pudiera sentirse mejor... aunque en realidad era un esfuerzo inútil.

-¿Por qué? ¿Por qué nunca soy suficiente...? -preguntó débilmente

No reaccionó hasta que sintió un ligero peso sobre su cuerpo. No tardó en comprobar que se trataba de una chaqueta, y miró la prenda sorprendido. El agua ya no caía sobre él debido al paraguas, y miró hacia arriba, con una leve sonrisa que desapareció en el instante en el que se encontró con ese desonocido. Por un momento, creyó que sería Moonkyul... Su sonrisa se tornó algo amarga. ¿Cómo podía ser tan iluso? Moonkyul no iba a volver a acercarse a él...

Agachó la cabeza, escuchando las palabras de ese hombre, negando levemente con la cabeza. Moonkyul no lo había dejado ahí. Tuvo que levantar un poco la cabeza cuando esa persona lo cogió del mentón. No supo qué decir, no esperaba ser encontrado por nadie... ni mucho menos que alguien se acercara a él, y le preguntara...

-Nadie me dejó aquí... -respondió, con su voz algo ronca. -Vine yo solo...

No dijo nada más, volvió a agachar la cabeza, como si el cesped mojado fuera muchísimo más interesante que aquel hombre. Su cuerpo aún temblaba, y esa sensación de malestar y debilidad sólo aumentaba. Todo lo que hizo fue quitarse la chaqueta y ofrecérsela al desconocido.

-No la necesito...

Dio un pequeño respingo cuando le cogió del brazo, no lo esperaba, simplemente esperaba que se marchara y lo dejara solo. Quería estar solo. Pero, al parecer, no iba a permitírselo, y las palabras que dijo después le aseguraron que no era ese amable hombre que parecía hace unos instantes. Abrió un poco más los ojos cuando le habló de Moonkyul. Tuvo miedo, no por su vida, sino por el vampiro. Esa persona lo estaba buscando y estaba convencido de que para nada bueno. No pensaba decir nada, pero las palabras de ese hombre dolían. ¿Pareja? ¿Que era diferente con él? Eso no era verdad...

Iba a responderle, a explicarle que estaba equivocado, pero entonces se dio contra el cesped cuando lo dejó caer, y reprimió un quejido de dolor. Miró al hombre, tensándose cuando sintió el cuchillo rasguñar la piel de su estómago. Y, de nuevo, otra palabra dolorosa. La persona a la que amaba... si supiera dónde estaba... probablemente habría corrido a sus brazos para suplicarle que no lo dejara. Pero no podía hacer eso ahora, y esa idea fugaz desapareció cuando empezó a recibir aquellas patadas que, poco a poco, empezaban a doler.

-Te equivocas... -susurró débilmente. -No soy su pareja, no soy nada... Él sólo se divertía conmigo... -eso último lo dijo más bajito, sintiendo un fuerte dolor en su pecho. -Se ha cansado de mí, y no sé dónde estará... pero tampoco te lo diría si lo supiera...

Miró al hombre desafiante tras decir esas palabras. No permitiría que le hiciera daño a Moonkyul. No tenía miedo, ¿qué iba a hacerle? ¿Matarlo? Su vida ya no le importaba lo suficiente como para preocuparse por eso...

Reprimió un quejido cuando el hombre volvió a patearle, cerrando los ojos con fuerza por sus gritos. Sólo los abrió cuando notó que lo cogía del brazo... para soltar después un grito ahogado cuando el cuchillo desgarró su piel. Sus ojos se abrieron un poco más, y sus labios temblaron. No pudo reaccionar, lo siguiente que sintió fue el agua helada en su cuerpo de nuevo... y como esta le impedía respirar. Cerró los ojos, convencido de que todo terminaría ahora. No iba a luchar por salir a la superficie, ¿para qué? Su cuerpo le dolía demasiado, y no merecía la pena tratar de salvar su vida.

Volvió a perder la consciencia, todo se volvió oscuro, pero los gritos de Moonkyul sí llegaron a sus oídos y retumbaron en su cabeza. Finalmente, volvió en sí. Tosió, escupiendo algo de agua en el proceso, y soltando un quejido al sentir un intenso dolor en su estómago. Entreabrió los ojos con cierta dificultad, tiritando de frío entre los brazos de Moonkyul. No pudo creer que volviera a ver su rostro... y mucho menos ese rostro tan... ¿preocupado?

-¿P-Por... por qué...? -alcanzó a preguntar, con mucha dificultad. Su respiración estaba agitada y no dejaba de jadear y reprimir algunos quejidos de dolor. -¿P-por qué... me... has... sa... salvado... si... sólo soy...?

Quiso continuar, pero sólo gritó por ese insoportable dolor, llevándose una de sus manos al estómago, sintiéndo la sangre en esa zona. Su piel se había vuelto más pálida que de costumbre. Todas sus ganas de rendirse, de no volver a abrir los ojos, desaparecieron al ver el rostro de Moonkyul. No quería cerrar los ojos, aunque estos estaban dispuestos a hacerlo, no quería perder otra vez la consciencia aunque cada vez veía todo más oscuro. No quería dejar de ver a Moonkyul...

-M... Moo... Moonkyul... -lo llamó como pudo, mirándole suplicante, sin importarle lo que pudiera responderle. -No... no... te... va... vayas... No... por favor...