Asía tiempo que no encontraba nada que hacer, caminando sin rumbo alguno. En busca de alguna aventura o lo que fuese para no estar tan aburrido (al pedo).
Seguí caminando, pero hice una pausa para levantar una moneda del suelo, pensé “este es mi día de suerte” fue entonces cuando vi pasar un auto, mucha importancia no le di, agache la mirada y de nuevo comencé a caminar. Sentí la presencia de alguien delante de mió, cuando alce la mirada para ver quien era, me quede atónito por esa figura angelical, tenia la garganta anudada, lo labios secos, un escalofrió que me bajaba desde la cabeza hasta el cóccix. De repente comenzó a llover fuertemente, vi que de sus ojos brotaban lágrimas que recorrían todo su rostro, excitado y todo empapado, empecé a correr asía él para que no se me escapara. Cuando lo alcancé me pare en frente y en un abrir y cerrar de ojos lo tome de las mejillas, para secarle las lágrimas, sin mas preámbulos me acerque hasta su oído y sin pensar le dije -Pensé que los ángeles no lloraban- entonces con un gran suspiro le pregunte -¿Que es lo que te pasa mi niño, porque estas tan solo en este lugar?