Las vueltas que da la vida [ Ukitake ]

Tema: Las vueltas que da la vida [ Ukitake ] Vie Abr 15, 2011 8:58 am

Había salido a hacer algún que otro recado, aún era novato en esas cosas, con lo cual, tenía el riesgo de perderse,de que le roben,timen o cualquier chorrada de esas,por suerte había estado practicando sus habilidades, alguna que otra hora de su tiempo libre, pues desde que comenzó a intentar vivir por si solo y no dependiendo de los demás, había cambiado, un poco, pero lo había echo. Era por la mañana, no era temprano porque nunca madrugaba, era demasiado vago como para poner el despertador a una hora y levantarse con sueño.

Salió sin prisa pero sin pausa, cuanto antes acabara todo, más tiempo libre tendría y así poder tocarse los huevos. Cuando se dirigía a las tiendas de la ciudad, percibió algo familiar, algo parecido a el, su oido al igual que su olfato nunca fallaban aún estando en su modo humano, con lo cual, antes de pasar el parque para entrar en plena ciudad, se detuvo entre los arboles.La gente no pasaba, tambien era raro.El sonido cada vez se acercaba más, se mordió el labio inferior, mirando de lado a lado, en busca de ese reiatsu(???). Tal y como predijo, dos de su misma especie, dos licantropos se pusieron delante y detrás de él.

Pronto empezaría una pelea, así antes que nada, no tuvo más remedio que convertirse en lobo, ahora era una pelea de territorio, pero aún así, dos contra uno seguía siendo injusto. No tardó mucho en comenzar la pelea y como bien logico que es, los ganadores fueron ellos, aquellos salieron con alguna que otra herida, arañazos, en cambio Toshio, recibió por dos, arañazos y mordiscos por todo su cuerpo. Estos se quedaron frente a el hasta que el solitario lobo se perdiera por ahí, tenía que irse a un lugar donde no estaba territoriado. Con las heridas en su cuerpo y en su forma humano, tuvo que ir a robar a una casa ,donde tenía la ropa tendida al sol y así coger lo necesario para poder pasar desapercibido de la gente y así que no pensara mal, caminó hacia el unico lugar donde podrían atenderle, el hospital.Su cara se quedó sin expresiones al ver la gente que había, había visto mas gente en el hospital que fuera de él.Sólo suspiro, sentandose en la sala de espera, sujetandose el brazo, el cual se veía todos los rasguños ya que su camisa era corta.

Humano Mensajes : 12 Fecha de inscripción : 03/03/2011 Edad : 27

Para muchas personas, acudir a un hospital era el tipo de cosas que se hacía muy cada tanto, cuando se enfermaban de gravedad o, quien sabe, se torcían alguna parte del cuerpo. No muchos estaban acostumbrados a todo ese ambiente, con personas heridas por aquí y por allá, doctores muchas veces corriendo de un lado a otro, probablemente algo que a algunos desconcertaría, sin embargo, para Jyuushirou Ukitake, todo aquello era cosa de casi todos los días, muy a su pesar claro.
Ya ni siquiera se fijaba en la gente que allí había, después de todo no era como si estuviera lo suficientemente grave para...Bueno, no, sabía que decirse eso a si mismo sería mentirse, pero en general siempre solía hacer lo mismo, decirse que lo suyo era cosa de nada, probablemente porque estaría acostumbrado a sus síntomas propios de la enfermedad que ya cargaba en los hombros. Se encontraba pues sentado en la sala de espera, donde veía gente ir y venir, un poquito cabizbajo y con una mano tapando su boca, además en la susodicha mano ya llevaba preparado un pañuelito blanco, en el cual fácilmente se podían ver varias manchas rojizas y cada vez que tosía la blancura de la tela se veía más y más ensuciada por la sangre, y aun así, él parecía ser el que menos atención llamaba a doctores o enfermeras, y era más que nada solo porque el lo quería así...Siempre había preferido que trataran a los demás primero, él tenía sus formas de resistir, aun seguía siendo un hombre fuerte bajo toda esa apariencia ciertamente débil, esa enfermedad no le ganaría tan fácilmente, y aunque ya estuviera empezando a sentirse realmente mal, esperaría lo que fuera necesario con suma tranquilidad. Idiota, ese es un adjetivo que probablemente, considerando momento y situación, le quedaría perfectamente bien al albino.

Su día había empezado ya mal, ni bien levantarse de la cama sintió un mareo terrible que le obligó a tener que apoyarse contra una de las paredes de su habitación, respirando de forma entrecortada mientras trataba de fijar la vista, y con solo eso ya vio venir lo que pasaría todo después, pero de igual forma intentó seguir su día hasta el punto que pudiera, y cuando recuperó un poco de compostura se dirigió a lavarse el rostro para espabilar un poco, y seguidamente a la cocina a tomar un desayuno antes de preparar lo que tendría que dar en la clase del día siguiente, puesto que ese día lo tenía libre, con lo cual se podía considerar que había "elegido" un buen día para enfermarse...de nuevo. Fue a media mañana, más o menos, que tuvo una decaída de las buenas, mientras intentaba repasar ciertos temas de la ultima clase de filosofía que había dado, empezando primero por una tos que por mucha agua que tomó o mucho que intentó terminó por no detenerse, y pronto la tos seca se vio acompañada de varias gotas de sangre que iba en aumento poco a poco. Tendría que deberse a lo atareado del día anterior...Sabía que no era bueno para él agitarse demasiado, sobreesforzarse, y sin embargo con las idas y vueltas que tuvo así lo hizo, se pensó afortunado cuando cayó rendido en su cama durante la noche, ahora veía que realmente no lo era, para nada. Así pues empacó en un pequeño bolso algunas cosas que podría llegar a necesitar por si el hospital estaba demasiado lleno, cambió la ropa manchada por la sangre de antes, y se encaminó a donde deberían de curarle, y allí estaba justo en ese momento, aun esperando con suma tranquilidad, calladito y calmado. Más fue entonces cuando vio a entrar a un jovencito que le llamó la atención, principalmente debido a que notó en primera instancia su cabello albino, tal como el suyo propio, entonces reparó en unos ojos verdosos y azulados a la vez, no entiendo e porque de que le resultaran familiares...Además el rostro del crío... ¿De donde le sonaba tanto? Sin darse cuenta, se había quedado viéndole fijo con el ceño ligeramente fruncido, pensativo, y en tanto le examinaba terminó por darse cuenta de como sostenía su brazo lastimado, alzando una ceja y levantándose de su lugar casi por instinto, acercándose a aquel menor con paso lento, no exactamente muy decidido.

-¿Te encuentras bien? -Musitó en un principio, encontrándose a si mismo en frente de aquel desconocido por mero impulso, regañándose mentalmente debido a que aquella pregunta, en ese lugar y según lo que veía...No solo era obvia, sino que sin sentido y completamente estúpida- M-Me refiero...Si te duele demasiado o algo por el estilo...Conozco mucha gente en este lugar, podría ayudarte a ser atendido más rápido -intentó enmendar el error, hablando un poco extraño debido a que apenas si separaba el pañuelo de su boca para hacerlo, temiendo que su, por el momento, calma tos volviera por el simple hecho de haberse levantado de su lugar. Un día de estos, debería de seguir las recomendaciones de los médicos he irse a vivir un tiempo donde el aire fuera fresco y puro...Dejar la ciudad, o algo por el estilo.

Immortal Servant Animal Mensajes : 19 Fecha de inscripción : 10/02/2011

La gente pasaba por delante suyo, algunos estaban bastantes graves, otros solo tenían pequeñas heridas y los demas simplemente se habrian torcido un tobillo, pues no se veía la herida fisicamente; igualmente, eso no le era importante para el.En su caso, nunca había entrado a un hospital, siempre, desde pequeño dejaba que las heridas se curasen solas, pues solo tenía mordeduras, arañazos, o rajas de haberse caído, nada grave por su parte.En otras ocasiones las ancianas le tenían lastima, y le curaban llevandole a su casa para vendarlo y alimentarlo algun día; en especial una de ellas, que desde muy pequeño solía ir a visitarla a las afueras de la ciudad; mas que nada para hacerle compañía y así despejarse un rato, no pensar y no preocuparse por nada, aunque en su caso no sería trabajo, pues nunca se preocupaba por nadie , ni por el mismo.La anciana hacía unos meses que habia fallecido asi que desde ese momento intentó no lastimarse mas de lo que estaba, pues si se hería gravemente tenía que ir al hospital y no tenía documentacion ni tarjeta medica, nada de nada, era un simple niño de la calle que se alimentaba con lo primero que encontraba por la calle y la ropa se lo robaba a la gente que ponía a tender su ropa, en fin, que no tenía dinero para nada y siendo menor no podía hacer nada, no le gustaba los horfanatos asi que ni loco se iría a uno.

Mientras la gente ocupaba asientos, este solo miraba hacia todos lados, como si estubiera perdido o buscando algo, que en realidad no era así.Estaba confundido con todo.Se levantó para dirigirse al mostrador, donde los hombres luchaban para ser los primeros en ser atendidos, mientras que el pobre niño era aplastado y lastimado mas por no llegar nisiquiera al mostrador.Se escabulló del montón de gente, su sitio había sido robado por un adolescente mas mayor que el y con la mirada que le echó no le pedíría asiento.Ya estaba decidido, en su mente siempre pensar-ia que era un estorbo y sería invisible para todo el mundo, que nunca sería querido por nadie, que nadie se preocuparía igual que la anciana aquella.Su autoestima era baja, pero este seguía luchando porque creía y tenía fé que algun dia lo conseguiría.Se sentó en una esquina, cerca de los otros asientos, entre las dos paredes.Se abrazó con un brazo las rodillas, dejando la lastimada relajada en el suelo; no tardó en reaccionar cuando escuchó una voz proveniente de enfrente suyo ¿le hablaban a el? Miró hacia los lados para ver si se habia confundido dee persona pero no... ese hombre albino le habló al pequeño - Estoy bien - comentó, levantandose de su lugar, apoyando su espalda en la pared y desviando la mirada para no verle a el - Debería volver a su asiento antes de que se lo quiten, esperare a que la gente se vaya para que me atiendan -murmuró por lo bajo, secandose la frente con la mano buena, hacía calor, y más aun con la gente de lado en lado, el calor humano era insoportable para el licantropo.Apretó su puño, mordiendose el labio inferior, la gente no paraba de entrar y podían darle las uvas hasta que le atendieran, que seguramente fuera a la hora de limpiar el suelo, pues era tan pequeño que cualquiera podía pisarlo en cualquier momento - Lo mejor sería volver cuando no haya gente.Espero que se mejore señor - caminó hacia el baño, tenía ganas de orinar.Entró, había dos tipos dentro, olía algo extraño, como si tramaran algo, más, les dejó pasar, no quería problemas con nadie, ya no más.Estos dos antes de irse lo miraron por encima del hombro mientras este hacía sus necesidades.Ambos esperaron a que acabara para acorralarlo en la pared y descadaramente le empezaran a meter mano por todo su enano cuerpo, desde su pecho hasta su entrepierna.Cerró los ojos enfurecido, intentó ser bueno, pero a ese paso no podía, rebentaría en cualquier momento.Este sin preocupacion se transformó en lobo ¿quería tocar entrepiernas? pues ahora era su turno, pero no de tocar... si no de morderlos tan fuerte que ya no tendría utilidad en aquellos dos.En pocos minutos ambos estaban con mordeduras y arañazos, sin contar el dolor en su entrepierna.Aprovechando la situacion, se volvio a su modo humano, sin ropa, como era siempre.La gente por los gritos de dolor de ambos no duraron en entrar dentro del baño y ver a aquellos dos en el suelo y a Toshio con un simple bloxer como ropa.La gente le preguntaba una y otra vez que había pasado y este aguantandose las ganas de llorar; que siempre hacía tal drama para parecer un niño inocente, no pudo contestarle.Los hombres les decían que era un monstruo, que no era un niño si no la reencarnacion de Satanas(?). Se quedó con la cabeza agachada y desviando la mirada hacia la pared, la gente tapaba la puerta y no podía salir, mientras que traían camillas para los dos que estaban en el suelo y se lo llevaban dentro del hospital para ser atendidos.

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