Buscando una nueva víctima~ (libre)

Llegaba tarde ya al trabajo cuando tuvo un imprevisto. Un semaforo en rojo a los peatones.
Pero en ese tiempo en el que esperaba que cambiara e color, vio a un niño, jugando con una pelota, y completamente solo.
Al principio, busco con la mirada, a ver si había algún adulto cerca de el, pero se dio cuenta de que no. Eso era algo extraño, puesto que la gente conocia las historias a causa de ser supesticiosos, nunca dejarían solos a nadie, y mucho menos a un niño.

Con el paso de los minutos, el semaforo cambio, pero tambien los acontecimientos, puesto que si o si, tenía que pasar por al lado del niño.

Como si no se hubiese dado cuenta, pasó por al lado, pero una vez dados unos cuantos pasos más, se detuvo en seco, sin poder evitar ponerse a pensar. Tomando una precipitada decisión, aunque una parte de ella le decía que no lo hiciera, se acerco muy poco al niño, quedando unos paso detras de él.


Neh, neh, ¿qué hace un niño como tú en un sitio tan peligroso como este? es peligroso que un niño, vaya solo por un lugar tan lleno de vida como este. ¿Y tus padres? -pregunto amable, mientras aun mantenia la distancia.

Vio cómo mientras seguía caminando había llegado a una zona bastante concurrida de la ciudad. Perfecto, era el momento ideal para llevar a cabo su plan. Poniendo su mejor cara de preocupación siguió caminando por la calle hasta que llegó a un cruce, situándose entre los adultos que parecían no percatarse de él. Alguno de aquellos sería su próxima víctima, lo sabía, lo intuía...

El semáforo finalmente cambió de color y junto con los pasos acelerados de la gente empezó a caminar haciendo botar la pelota, aún mostrando un claro rostro de preocupación, como si estuviera perdido buscando a sus padres. Y no tardó mucho en dar con alguien. Una muchacha parecía haberse dado cuenta de él, puesto que se paró tras pasar por su lado como si le ignorara como los demás. Siguió caminando hasta que cruzó la acera, escuchando una suave voz tras él. Paró y se giró, mirando a la muchacha con pena, aferrado a la pelota.

— Estoy buscando a mi papá y a mi mamá, hace rato que no les veo... — pronunció con voz dulce, aunque si pudiera en realidad se estaría carcajeando de la ingenuidad de la chica.

Mientras escuchaba el comentario del niño, notó que la gente ya no estaba, siempre iban con prisas así que no le extrañaba. Pero ante lo que el niño dijo, solamente encarcó una ceja.

Entiendo -dijo con un tono de voz algo desconfiado, mientras que seguía manteniendo la distancia.
Pero trató de disimular, llevando una mano a su mentón en forma de estar pensando.
Humm... si fuera tu, iria a la comisaría. -respondió sonriendo amablemente- allí solo tendrás que decir el nombre de tus padres, y les llamarán para que vengan a buscarte -dije con una voz suave pero aun había una parte de mi que me decía que saliera de allí corriendo, y más aun cuando la calle de repente parecía desierta.

Ese tono de voz dulce en el niño no la convencía para nada, pero aunque hubiese oído anteriormente historias sobre seres que no eran humanos, si este fuera un niño realmente, lo asustaría, así que mejor era ser precavida.

De vez en cuando sin que la otra lo notara iba mirando de reojo alrededor, viendo como poco a poco esa vida que parecía caracterizar las calles de la ciudad se iba perdiendo, dejándoles a ellos dos a un lado de la calle. Cuando le dijo lo de la comisaría bajó la mirada, haciendo un leve puchero. Odiaba tener que hacer esas cosas, esos sentimentalismos que no llevaban a ninguna parte en seres como ellos.. aunque al parecer para los humanos tenían bastante significado.

— No sé donde está... así que no sé ir y tengo miedo... aunque.. — Su cara pareció alegrarse de golpe y redujo la poca distancia que les separaba cogiendo su mano con ambas suyas, tras soltar la pelota que botó y rodó hasta quedarse cerca de un escaparate en una tienda que había al lado— ...si me acompañaras no tendría miedo de ir y podría encontrar a papá y a mamá. — acabó con una sonrisa de oreja a oreja, mirando suplicante a la chica. Si conseguía que le acompañara, estaría a pocos pasos de conseguir su objetivo, y más cuando las calles ahora parecían desiertas.

Se sorprendió un poco de la reacción del niño, y estuvo algo dudosa. Al trabajo hoy ya no llegaba así que, no tenía más remedio.

Etto... está bien -dijo algo dudosa, lledon hacia la pelota, tomandola y dandosela.

No me fiaba mucho del "niño" pero de todas formas, tomé una de sus manos, comenzando a caminar hacia la comisaría. Si era un niño "real" no pasaría nada, pero si fuera una de las criaturas de las leyendas urbanas, tendría que pensar rápido.

Pasado un rato, noté que había bastantes callejones en esta ciudad, así que traté de alejarme lo suficiente de ellos.
La comisaría, solo quedaba a medio camino, y ya nos habíamos alejado mucho del lugar. Aun así, eso provocaba que estuviera más nerviosa.