-¡gracias por el trabajo de hoy! -Se escuchó como despedida entre todos dentro de aquel estudio.
Takuya, aquel joven actor de musicales se secaba un poco el sudor obtenido ante los ensayos de la tarde, un nuevo musical se avecinaba y debían prepararse duramente. Él era protagonista, debía aprender bastante con aquel nuevo guión, cosa que realmente le fascinaba.
Una camiseta de chandal y unos pantalones militares, era lo único que se dejó puesto tras haberse dado una ducha en los aseos de la agencia y así con una mochila a su espalda y el guión en mano, enrollado mientras que este lo alzaba para despedirse de aquellos compañeros.
-¡hasta mañana! -Así fue como se despidió de manera informal de sus compañeros, sonriente y enérgico.
Caminó hacia las puertas de salida, las cuales se abrieron, al ser de sensores, para que el joven actor saliera de allí y bajase lentamente las escaleras, deteniendose a mitad de estas para ojear el guión y pasar página por página, debía leerse el capítulo siguiente y memorizarlo.
Suspiraba agradecido y una vez llegó a la página inició nuevamente sus pasos sin apartar la mirada de aquel guión y sin siquiera darse la mínima cuenta de que pudiese chocarse con alguien, suerte que la gente se apartaba de su trayectoria.
Se alzó ligeramente las lentes y suspiró, alzando solamente la mirada para ver la hora, era temprano, no estaría nada mal el ir a beber algo antes de ir hacia casa, y eso era justo lo que terminaría por hacer por lo que, en vez de doblar la esquina y seguir el camino hacia a casa, siguió recto para adentrarse en la famosa calle de ocio y bares.
Se estirazó y suspiró satisfecho, volviendo a enrollar aquel guión en su mano mientras que sus orbes tras aquellas lentes, que le hacían ver bastante más agraciado, observaban cada bar con detenimiento, no le convencía ninguno hasta que a lo lejos pudo ver un karaoke, el lugar perfecto para alguien como él. En cierto modo no le importaba estar solo en él, tan solo quería tomar algo y si podía cantar, mejor que mejor.
Se dirigió hacia aquel karaoke y abrió las puertas de este para entrar, acercandose al mostrador para poder pedir una de las salas más pequeñas pero que fuese cómoda, por supuesto. El hombre le ofreció uno de los ayudantes del lugar para que le guiase hasta la sala, mientras tanto, por el camino observaba su alrededor y los decorados que tenían las paredes.
-vaya, este sitio no está nada mal... -Cerró sus ojos con una sonrisa, mientras sus pasos aun seguían a aquel tipo.