♦Apodo: No posee.
♦Nombre: Edouard.
♦Apellido: Léblanc.
♦Edad: Aparenta unos 30 años, quizá un par menos. Reales, unos 550.
♦Orientación Sexual: Bisexual Seme.
♦Empleo: Mecenas
♦Raza: Heliogábalus
♦Descripción Física: Ronda el 1,90 de altura. Facciones angulosas y estilizadas, muy atractivas, enmarcadas por unos ojos de color borgoña que, cuando sale a la vista de los demás, parecen azules por el uso de lentillas. Físico marcado y musculado, de tez y piel pálida.
♦Descripción Psicológica: Edouard es una persona que aparenta muchas cosas. A simple vista un hombre educado, sereno y con una capacidad sorprendente para la conversación y el buen uso de la labia. Sabe dirigir las conversaciones a sus puntos interesantes, y nunca, o casi nunca, se le verá alzar la voz (tampoco le es necesario.). Pero lo que más va por dentro es el hastío.
Tras obtener aquello que todo heliogábalus desea pensó que la cosa iría a mejor, pero pronto el aburrimiento de una vida eterna comenzó a hacer mella en su carácter. Así, se dedica a estudiar a la raza animal por experiencia: El ser humano en sí mismo. Le gusta observar como son capaces de destruirse entre ellos sin importarles nada más, así como ver como, pese a creer que tienen el control, sucumben ante razas superiores como los vampiros. El mundo oculto también es algo que le entretiene, como a todos, pero, desgraciadamente, Edouard aun no ha encontrado la chispa que le da sazón a su no-vida.
Así mismo, Eduard se considera perfecto en todos los sentidos o, al menos, así se lo hace ver al mundo. Toda cosa tiene un precio, y a partir de ese principio la falta de escrúpulos con sus acciones es más que evidente. No ve a los humanos como más que hormiguitas que podría aplastar, y a sus "compañeros" como cosas a las que se le puede sacar algo. Sin embargo, esa frialdad y gelidez que le caracteriza tiene su explicación desde mucho antes de ser convertido... Pero eso es algo que, a dia de hoy, nadie conoce...
♦Gustos: La sangre dulce y extasiante es uno de sus gustos preferidos. De ahi que sus víctimas generalmente sean muy jóvenes y algunas vírgenes. Tiene un gusto bastante exquisito y peculiar, aunque en momentos de verdadera sed no descarta nada. Pero su gusto favorito es el arte. Los cuadros le apasionan, ve en ellos la belleza de lo grotesco, como si se le diera aun chimpancé un lápiz e hiciera alguna forma. Por ello es un reconocido mecenas en el mundillo, y cualquier pintor se siente afortunado cuando los ojos del vampiro se clavan en su obra... O en el mismo pintor, según se tercie. La música clásica y tocar el órgano son sus mayores pasiones después de las mencionadas.
♦Disgustos: La soledad. Puede resultar extraño, pero de poco lo sirve ser inmortal y eterno si se pasa los días, meses, años y siglos solo. Por ello frecuenta lugares de ocio nocturnos, pero nunca se siente del todo lleno. Otro de sus miedos es rememorar su pasado, o que este se vea descubierto, algo que esconde con sumo recelo. Por lo tanto, el dilema existencia que tiene entre romper la soledad aún arriesgándose a ser conocido más de la cuenta, a que su secreto sea descubierto, es bastante desestabilizador.
♦Historia: Hay cosas de Edouard que prefiero guardarme por motivos onrol. Nació en la antigua Francia hará unos 580 años. Hijo de marqueses de un condado rico en agricultura y comercio, nunca le faltó de nada. Pronto fue instruido en las artes del comerciante, en saber hablar para obtener un beneficio o un regateo adecuado, no inmiscuyéndose en tareas físicas. Así, tuvo una infancia decente y una adolescencia y madurez bastante cómoda y solvente para como era la situación en el siglo XV. Todo parecía ir bien e, incluso, Edouard conoció a su futura marquesa, algo que decidió prácticamente desde el primer momento que la vio...
Lo que sucedió después no se sabe. Pasaron años y, a la edad de 30 años, Edouard terminó convertido en lo que es ahora por una master. Engañado y traicionado, el odio que se instauró hacia ese ser fue más que evident,e y sus siguientes siglos de vida estuvieron destinados a un claro objetivo. Saciar su sed y llevarse su vida por delante. Y hace cien años, en efecto, lo consiguió. Fue el alimento más dulce que había probado jamás, y la venganza más fría que se había servido...
Pero, ahora, no tiene nada que hacer, nada más allá de sumirse en un eterno aburrimiento que únicamente sacia a costa de las penurias y sufrimientos de los demás. Su frialdad ha ido en aumento, y el monstruo parece buscar cada vez con más ahinco un nuevo entretenimiento...
♦Datos Extra: Ninguno.
♦Imágenes: Edouard 1,
Edouard 2♦Nombre del anime/manga/videojuego del que procede: Soul Calibur III / IV
♦Nombre del personaje: Raphael
"No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén"