Paseando...

Tema: Paseando... Sáb Feb 19, 2011 2:17 am

Ciel se
levantó y salió de la cocina, sin siquiera recoger su plato. No es que
fuese una persona maleducada, todo lo contrario, pero andaba con la
mente en otro lugar. A su "amigo" tampoco pareció importarle mucho. El
también parecía estar en otro lugar, ya que ni siquiera respondió al
mensaje de despedida de el

Abrió
la puerta de su casa con cierta inseguridad. Por un momento, un breve
momento, volvió a tener la necesidad de abrazarse a si mismo. Tenía
frió. Salio de la casa, cerró la puerta tras de sí y se dirigió su casa,
mas especificamente sofá. Todo parecía estar en orden. Se sentó con
suavidad y echó una lánguida mirada por el precioso ventanal. La ciudad
estaba iluminada al completo. Miró un pequeño reloj que había en la
repisa de encima de la chimenea y vio que no era demasiado tarde, así que
decidió salir a dar un paseo y contemplar aquellas luces nocturnas de
forma más cercana, con la intención de fundirse con ellas y ser un
artífice más de la noche.
Cuando se puso de pie, descubrió que la
cinta aislante verde que habia dejado en la repisa ya no estaba. Otro
motivo más para salir a dar un paseo, incluso más fuerte que el de
fundirse con las luces nocturnas.

La ciudad era preciosa. Muchas
de sus calles aún estaban echas de piedra. El asfalto no era bienvenido
aquí, y Ciel lo agradecía. Porque aquellas calles tenían el encanto
de una vieja ciudad europea, donde se respira el pasado. Los edificios
también conservaban ese toque clásico, ese matiz que los hace distintos,
ese matiz que a pesar de la decadencia de algunos, los transformaba en
bellos colosos que parecían cobrar vida por momentos. La zona de la
ciudad donde antes habitaba era de las más antiguas. Los edificios
estaban prácticamente vacíos, con las ventanas de madera polvorientas y
los balcones repletos de plantas muertas después de varios años sin
recibir una gota de agua salvo la que caía del cielo.
Pero todo
poseía aquel matiz. Y puede que los edificios estuviesen prácticamente
vacíos, pero las calles estaban repletas de gente. Era ya de noche, si
bien las calles estaban pobladas, como en una noche de verano en una
playa de México. Ciel se preguntaba de donde podía salir tanta gente.
Aquello le gustaba, le encantaba. Le encantaba mirar a su alrededor y
ver gente, puntos insignificantes en el universo, pero con enormes e
interesantes historias a sus espaldas que contar.
Lentamente, miro
hacia arriba y pude vislumbrar la luna llena, brillante como siempre.
Eso le hizo sonreir apenas, mientras se sentaba en una banca, admirando el
cielo nocturno.

Tema: Re: Paseando... Vie Jul 08, 2011 12:52 pm

Aquella noche, había mucha gente fuera de sus casas, inundaban la calle y la plaza, casi no se veía mucho desde la altura a la que ahora me encontraba. Con el aspecto de una niña pequeña de como mucho 6 años con el peluche de un conejo fuertemente abrazado, trataba de moverme con un aspecto infeliz a la vez que preocupado entre la gente, que algunos no se daba cuenta, otros niños me miraban y trataban de venir hacia mi, pero en cuanto sus madres se daban cuenta, con un miedo disimulado tiraban de sus pequeñas manos evitando ue se me acercaran.

Seguramente no sabrían que soy un master, pero ese instinto que solo tienen las madres cuando un peligro se acerca a su ser más preciado, su hijo, es inmenso hasta el punto de que aunque no sepan qué soy exactamente, lo protegen aunque les cueste la vida. De todas formas, los niños no me interesaban, solo buscaba diversión. Los humanos podían divertirse en noches como estas, que para los masters, o al menos para mi, eran aburridas, todas las noches son exactamente iguales, pero la gente nunca se da cuenta. Solo cuando a más de uno le da por mirar, los demás responden como si de un efecto mariposa se tratase.

He ahí que los humanos en parte me resulten algo divertidos, ya que a veces tenían salidas que no era capaz de comprender. Conforme iba andando, no me di cuenta de que me choqué con alguien. No sabía exactamente con quien, pero por inercia, acabé cayendo al suelo.

-i-itaii... -dije cerrando los ojos por el golpe para luego abrirlos viendo a esa persona con una expresión de preocupación y vergüenza. Unos ojos empañados en lágrimas apretando un poco más el abrazo al peluche mientras me levantaba rápidamente y agachaba la cabeza a modo de disculpa.

-Lo... lo siento mucho! no fue mi intención! -diría tratando de aguantar las ganas de llorar.

Por supuesto, todo esto era mi simple juego~ si, el chocarme con él, no fue intencionado y el rebotar y caer al suelo tampoco, pero la verdad es que tenía un aspecto muy pequeño en comparación al de él, por tanto eso era normal, pero ese encuentro casual, podía volverlo a mi favor. Sin intentarlo, me había encontrado con mi juguete de la noche...Veamos como es este humano... -pensaría para que sin darle tiempo casi a decir máximo dos palabras, salir corriendo esperando que el chico me siguiese.

-¡Lo siento! -unas lágrimas se desbordaban por esos ojos rojos que a pesar de su color, eran lo bastante infantiles y tiernos como para enternecer a cualquiera.

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